Semana Santa

25/03/2016 - 23:00 Pedro Villaverde Martínez

Nos encontramos en unos días que desde hace mucho tiempo se llaman Semana Santa. A lo largo del tiempo, ya bastante, que llevamos escribiendo esta columna, hemos tenido que ir cambiando el contenido que solíamos escribir sobre estos días santos. Al principio sólo se hablaba del sentido religioso que estos días significaban, dedicados a las prácticas religiosas imperantes sobre cualquier otra cuestión. Poco a poco empezamos a decir vacaciones santas y después simplemente vacaciones. Ahora sigue el sentimiento religioso presente puesto que el ser humano es un ser religioso, pero parece primar sobre él el “homo ludicus”, el aspecto de diversión que no deja de ser más que patente. Uno recuerda, y no queremos incidir, aquellos tiempos en que estaba vedado casi todo divertimento por considerarlo pagano…Nosotros en esta ocasión sí queremos tener un recuerdo hacia esas festividades religiosas que aún perduran y que son muy significativas, aunque queremos también respetar cualquier otra posición. Incluso ambas celebraciones no son incompatibles. Ahora, cuando se espera con ansia un puente aunque sólo sea de dos días cómo no van a ser muy apetecidos esos ocho o diez en que suelen convertirse. La cuestión económica anda por los suelos, pero algunas cifras como el turismo parecen remontar. La libertad, ese precioso don, permite hacer esto o aquello siempre por supuesto que no interfiramos en la ajena.
Nuestros pueblos siguen con sus tradiciones religiosas y suelen llenarse al completo de hijos o forasteros que van precisamente a celebrar o contemplar esas manifestaciones, sin olvidar el aspecto lúdico y de descanso. Sin duda que quien puede escoge darse una vuelta por alguna playa o incluso país exótico… Desde nuestra posición de católicos, queremos recordar en estas líneas la veneración con que muchos fieles asisten estos días a los Oficios Santos, o a contemplar el paso de desfiles procesionales. Este año el pregonero ha sido el cardenal emérito de Sevilla Carlos Amigo Vallejo, en la Concatedral de santa María, a la que siguió una actuación de la Joven Orquesta del Conservatorio de Guadalajara…Para todos nuestros mejores deseos… y la esperanza siempre en esos tiempos mejores.