Siempre en septiembre

16/09/2021 - 15:46 Marta Velasco

Septiembre es el reencuentro jubiloso con los amigos que vuelven de destinos lejanos. Es la ropa nueva, los cuadernos, los libros, los grandes estrenos de cine.

El futuro es una emocionante aventura para los jóvenes y para los mayores un deseo de salud y tranquilidad, pero hay personas, como mi admirado Clint Eastwood, que ha declarado que se conserva tan joven porque se niega a abrir la puerta al viejo que quiere entrar. Hace bien este gran hombre del Oeste, que le den morcilla al viejo que trata de captarle con arrumacos, con caldos calientes, con una butaca cómoda frente a su mejor película. Él morirá con las botas puestas, será joven hasta el momento justo de presentarse, arreglado y orgulloso, el día del juicio final.

Este párrafo tan triunfal, aunque fúnebre, me lo inspira el declinar del verano y mi artículo anterior – polvo, ceniza, nada -, a propósito del cual un amigo me recordó los versos de Quevedo …”su cuerpo dejará, no su cuidado; serán ceniza, mas tendrá sentido: polvo serán, mas polvo enamorado”. Lo cito porque me encanta, creo que estos versos son los más luminosos de Quevedo, que nunca ha pasado de moda.

Pero ni quiero ni debo en este espléndido mes de septiembre que estamos disfrutando en Sigüenza, escribir sobre tristezas, porque el año, desde que era niña, empezaba siempre en septiembre y todavía lo afronto llena de esperanza y de ilusión, como una pesimista empedernida que juega a la lotería. Septiembre es el reencuentro jubiloso con los amigos que vuelven de destinos lejanos. Es la ropa nueva, los cuadernos, los libros y, siempre en septiembre, los grandes estrenos de cine.

Deliberadamente me estoy olvidando de estos últimos dos años. No quiero recordarlos, son una pesadilla de la que no hemos despertado todavía.  Pero ahora voy de paseo con Marie Claire por los rincones de Sigüenza y hacemos propósitos en este preotoño para el nuevo curso.  Ella lo tiene fácil, siendo como es, tan encantadora y positiva, disfruta de cada momento seguntino, le gustan las calles, la gente, el pinar, el silencio y la luz del mediodía en la Alameda, sentarse en el Triunfo y pedir cerveza y patatas fritas, lo pasa bien con las cosas más cotidianas. Su propósito es volver en Semana Santa, “a la Pentecôte”, dice. Yo me propongo escribir todos los días, ir a pilates, adelgazar, y el deseo favorito de mi amigo Víctor: Estar menos pendiente. Este propósito es genial, sugiere una liberación de conciencia, pero siempre me lo planteo a toro pasado. 

Yo creo que por mucho propósito que haga no mejoraré mucho y me gustaría ser valiente y joven, como Clint Eastwood y alegre como Marie Claire. Cuando caminamos me dice, “Vamos aprisa, hay que hacer un poco de sport, si no quedaremos como legumbres a la silla de ruedas”, o “Ahhh, no, esto no me gusta, ¡me pongo de rabia!” … Pero solo se pone de rabia con las injusticias, con la maldad, ella es muy buena. Y yo me muero de risa con su manera de hablar tan graciosa.  Haré otro propósito de otoño: procuraré merecerme a los amigos que tengo.