Sin agua potable
01/10/2010 - 09:45
EDITORIAL
No son muchas pero sí varias las localidades de la provincia que no disponen de agua potable. La contaminación en las viejas captaciones de agua, las redes de distribución deficientes y la falta del aparataje necesario para purificar el agua que llega a los grifos son algunas de las circunstancias que impiden a estas pequeñas poblaciones disfrutar de un servicio básico como es el del agua potable.
Tordelloso es un ejemplo de esta situación, que se agrava con la llegada del verano y la multiplicación de la población. Clorar el agua no es un proceso sencillo y en los pueblos pequeños no disponen del personal necesario para controlar esta actividad. Según estimaciones de los alcaldes, el presupuesto para conseguir que el agua sea potable no baja de 120.000 euros, una cantidad con la que no sueñan, ni de lejos, los presupuestos municipales de estas pequeñas poblaciones de la provincia. Sin embargo, es fundamental que el desarrollo rural del que tanto se habla se traduzca en acciones que resuelvan los problemas más cotidianos, y que a la vez son los más importante. Pocas empresas de hostelería o de turismo rural se instalarán en una localidad donde no se puede beber el agua que mana por los grifos. Una vez más, la Diputación se convierte en el verdadero salvador para estos pequeños pueblos que no disponen de recursos suficientes para acometer la resolución de sus problemas de infraestructuras. Los Planes Provinciales, los convenios de obras hidráulicas y otras tantas propuestas de acción directa inciden en aquellos aspectos que, de verdad, pueden mejorar la calidad de vida en los pueblos, asentando población y garantizando iniciativas de futuro. Pero son muchas las necesidades y la Institución provincial se convierte en el gran Ayuntamiento de todos esos pueblos con escasez de recursos. Por ello, es preciso realizar una gestión organizada y coherente de las necesidades de las poblaciones y las posibilidades de la Diputación. Por ahora el sistema funciona.