Sin Europa, sin bienestar, sin paz
24/06/2011 - 00:00
Al paso que llevamos, nos quedamos sin Europa, sin Estado del bienestar y sin paz en el mundo, aunque esto último no sería precisamente una novedad. La aprobada restricción del tratado de Schengen para frenar la presión migratoria en Europa es un mazazo más en el corazón mismo de la filosofía unionista que inspiraba el impulso de los padres fundadores de la unidad continental. Pero es que toda la sarta de contradicciones en el seno europeo tras el estallido de la crisis económica ha venido socavando poco a poco, o mucho a mucho, los fundamentos mismos de la unidad europea, con tantas posturas egoístas y con tal predominio del nacionalismo infracomunitario.
Los problemas de Grecia han demostrado que el sueño europeo ha pasado a mejor vida y que su reconstrucción requerirá décadas y una nueva voluntad política, que no se atisba por ninguna parte. Ya sé que será irreversible la UE pero lo que no sé es cómo se podrán enderezar sus fundamentos y cómo se continuará el proceso unificador, pues aun quedan fuera muchos países.
Del Estado del Bienestar no van a quedar ni los recuerdos, a no ser que antes se produzca una auténtica revolución social y política, que no sé si tendría encaje en el Movimiento del 15-M o si será pedirles demasiado a estos voluntariosos ciudadanos que están intentando encauzar su pensamiento y sus ideas para convertirlos en vehículo de los grandes cambios que España y el mundo necesitan. De momento, los galopantes recortes sociales y económicos que no cesan no permiten ninguna esperanza sino todo lo contrario, permiten que temamos un imparable empobrecimiento de la sociedad en general y un mayor enriquecimiento de los de siempre, que además son los grandes culpables de la crisis.
En cuanto a la paz en el mundo, no veo por ningún lado una verdadera voluntad de conseguirla y ni siquiera creo que están en esa dirección los anuncios de retirada militar de Afganistán, una guerra que no tenía que haber empezado nunca, como la de Irak. Y pido perdón a mis lectores por el escaso optimismo que hoy les estoy transmitiendo. Mañana será...