Sin ferias en Guadalajara

13/06/2020 - 16:21 Pedro Villaverde Embid

 Lo que si resulta obligatorio desde ya mismo es el inicio del diseño de las que serán las esperadas fiestas de ese 2021.

Desde hace tiempo, según iban anunciándose suspensiones de festivales, conciertos o fiestas más cercanas en el calendario, iba mascándose la triste noticia que finalmente, hace hoy justamente una semana, daba a la ciudadanía el alcalde, acompañado de los colectivos más representativos de las mismas. La decisión es la única que puede tomarse a falta de pocos meses- con tanto que preparar- en un escenario de incertidumbre y temores respecto a la evolución de una pandemia que ha causado miles de muertes y encerrado en los hogares a casi toda la población. Prudencia, cautela, responsabilidad, sentido común, sensatez, son variados los calificativos para entender  y apoyar el duro mensaje de la suspensión de centenares de actos que literalmente sacan a la ciudad a la calle porque precisamente las ferias son aglomeración, multitudes de personas en procesión, en desfiles, en vermús o paseando por el recinto ferial. La diversión solo se entiende con cercanía, todo lo contrario al distanciamiento físico de dos metros. Es pues imposible disfrutar de una Semana Grande con el jolgorio que la caracteriza y en ello el acuerdo es – o debe ser- unánime. Otra cosa es salvar algo de las mismas, en espacios abiertos, con aforos limitados, con todas esas medidas que nos deben acompañar. Seguro que la imaginación hará que vivamos parte de ellas.

  Lo que si resulta obligatorio desde ya mismo es el inicio del diseño de las que serán las esperadas fiestas de ese 2021 lleno de recuperación de  eventos ahora aplazados. En el caso de las ferias y fiestas adquiere un sentido especial porque es bastante tiempo el que llevamos hablando de su modelo, escenarios o posibilidades. Es el momento, con más tiempo que nunca, para la reflexión y el análisis, de sentarse en esa mesa de trabajo con representantes de la ciudadanía y sectores implicados, por supuesto con las peñas que son el alma, y consensuar que los días de más felicidad del año sean del agrado de todos sabiendo combinar gustos, preferencias, intereses y necesidades para seducir a propios y visitantes, convertirse en un escaparate al exterior e impulso a la economía local.Miremos al futuro.