Sin jugar al escondite
01/10/2010 - 09:45
Por:
Te cuento
Lo hice sin querer. No era mi intención. Jamás pensé que podría suceder esto. Son algunas de las excusas que ofrecemos cuando algo nos pilla totalmente desprevenidos. Es lo que les ha podido pasar a los excursionistas que, en dos puntos de la geografía, han tenido que ser rescatados tras extraviarse. Está claro que nadie quiere perderse en el monte y poner en jaque a los servicios de emergencia, pero hay ocasiones en la que nos jugamos demasiado la vida por acciones que podrían evitarse. Y es que el mal tiempo es el primer síntoma de que no se puede salir al monte, por muy preparados que nos sintamos. Cualquier complicación, como la ventista, la niebla o la nieve puede sorprendernos cuando menos nos los esperamos, dejándonos aislados y sin norte a la hora de seguir el camino.
Además, no siempre se tiene la suerte de ser encontrados por los servicios de rescate. En ocasiones se llega demasiado tarde, cuando las extremas condiciones climáticas han hecho mella en las personas extraviadas. Una lástima que para disfrutar de la naturaleza en estado vivo tengamos que jugarnos la vida, sin pensar en los que dejamos atrás.