Síndrome de Down
01/10/2010 - 09:45
Cartas al director
Josefa Romo, Valladolid
Interesante este articulillo de Alex Navajas: Los ojos levemente rasgados le delataron: Javier nacía con Síndrome de Down. Ocurría hace un par de semanas en una clínica de Madrid. Su padre le sostuvo con ternura a la vez que los ojos se le humedecían y su alma se llenaba de una paz desconocida.
Era un regalo de Dios; ahora comenzaba a entender que Él nos había estado preparando a mi mujer y a mí para este momento a lo largo de muchos años, asegura. Su rostro irradia la serenidad que reina en su espíritu, creando a su alrededor una atmósfera luminosa, casi mística. Sin beaterías; con reciedumbre, fe y realismo, desgrana el nacimiento de Javier.
Hacía tres años y casi mil partos que el ginecólogo no traía al mundo a un Down. Cuando detectaba en la semana 20 o 21 que el niño llegaba enfermo, las madres optaban por el aborto. No fue el caso de Javier. Aunque lo hubiéramos sabido, no habríamos abortado. Y ahora recalca, sólo podemos dar gracias a Dios. Es la experiencia que queremos compartir con las madres que reciban la noticia de que su hijo nacerá con el síndrome.
Mientras le escucho, me pregunto quién está más enfermo: si el niño o los que rechazan al niño por enfermo. Y le pido a Dios que nos abra los ojos.
Hacía tres años y casi mil partos que el ginecólogo no traía al mundo a un Down. Cuando detectaba en la semana 20 o 21 que el niño llegaba enfermo, las madres optaban por el aborto. No fue el caso de Javier. Aunque lo hubiéramos sabido, no habríamos abortado. Y ahora recalca, sólo podemos dar gracias a Dios. Es la experiencia que queremos compartir con las madres que reciban la noticia de que su hijo nacerá con el síndrome.
Mientras le escucho, me pregunto quién está más enfermo: si el niño o los que rechazan al niño por enfermo. Y le pido a Dios que nos abra los ojos.