Sociedades líquidas

24/06/2023 - 12:51 Jesús de Andrés

Hoy en día todo es provisional y está en permanente cambio: el trabajo, el matrimonio, los objetos materiales, las relaciones con los demás e incluso con nosotros mismos... Las cosas cambian constantemente y no hay seguridad en el futuro. 

Fernando Beltrán es un poeta con más de quince poemarios publicados a sus espaldas. En su momento –al igual que todos los poetas- tuvo que buscar un trabajo, una profesión que le permitiera ganarse la vida y tener tiempo libre para dedicárselo a su mundo de palabras y metáforas. Para ello, sin alejarse mucho de su vocación, montó una empresa dedicada a poner nombre a las cosas, a designar negocios y empresas. Se dio a conocer cuando le contrató el Parque Biológico de Madrid, un lugar al que no iba casi nadie. Con ese nombre no era de extrañar. Beltrán propuso otro más amigable y sugestivo que atrajera clientes, Faunia, impulsando este particular parque animal y convirtiéndolo en un referente mediático. Después vendrían otros muchos nombres: Amena, Solaz, La Casa Encendida, La Gavia, etc. Cuando le preguntan por su oficio dice que es “nombrador”. Y que se siente como un pequeño dios capaz de dar vida a las cosas.

Las escrituras zoroastristas, redactadas cientos de años antes de nuestra era, narran cómo Ormuz creó el mundo y le dio nombre. En prácticamente todas las religiones hay una deidad suprema, un creador no creado que engendra la realidad. El Génesis dice que Dios creó los cielos y la tierra, la luz, los árboles, al hombre. A cada cosa que creaba le puso nombre. Después pidió al hombre que pusiera nombre a los animales, in the beginning, tal y como recordaba Bob Dylan. Casi tan importante como crear es dar nombre, definir, hacer visible con palabras. En Cien años de soledad, García Márquez creó un lugar imaginado y real a la vez, un mundo virgen donde todo era “tan reciente que muchas cosas carecían de nombre y había que señalarlas con el dedo”. Solo existe lo que se nombra.

Más de cinco años después del fallecimiento de Zygmunt Bauman (1925-2017), conocido sociólogo y reputado intelectual polaco cuya muerte tuvo un importante eco mediático, su análisis de la sociedad sigue vivo. Bauman se hizo célebre al acuñar el concepto de “sociedad líquida”: el actual momento histórico en el que las realidades sólidas de antaño han desaparecido. Hoy en día todo es provisional y está en permanente cambio: el trabajo, el matrimonio, los objetos materiales, las relaciones con los demás e incluso con nosotros mismos... Las cosas cambian constantemente y no hay seguridad en el futuro. Se exige flexibilidad, estar listo para cambiar, adaptarse a la velocidad de los tiempos, movilidad. Se trata de evitar la rigidez de las cosas fijas, las identidades inmutables. Ante el desolador escenario descrito por Bauman, en tiempos de incertidumbre, relativismo e inseguridad, la única estrategia válida es la de Bruce Lee: sé agua, my friend.