Sólo la derecha

Tiene razón Zapatero cuando dice que el Partido Popular es, en Europa, el partido de derecha más a la derecha, pero también la tendría si dijera, aunque no va a decirlo, que el Partido Socialista Obrero Español es, en Europa, el partido de izquierda más a la derecha igualmente. Diríase que en España, para gobernar algo, hay que ser de derechas. Sabe Zapatero, precisamente por haber abjurado de su izquierdismo en la práctica, que sólo le queda señalar a alguien más de derechas que él para procurar alguna suerte de entusiasmo al electorado tradicional del PSOE, al que el PSOE, por cierto, parece odiar tradicionalmente, pues es un electorado de izquierda. Y, en verdad, no hace falta discurrir mucho, ni ser muy agudo en la pesquisa, para encontrarlo en ese Partido Popular que ya no es que aglutine lo que se dio en llamar el "franquismo sociológico", sino al político, más terne que nunca al parecer. Ahora bien; ¿qué induce al presidente del Gobierno a suponer que va a funcionarle el ardid si, en puridad, a la mayoría de la gente le da lo mismo ocho que ochenta, cual demuestra su disposición a votar en masa listas cuajadas de imputados en casos de corrupción?

   Y también: ¿Cómo se atreve Rodríguez Zapatero a asustar con el coco de la derecha cuando se ha hinchado a hacer exactamente lo mismo que la derecha habría hecho? Es verdad que en la política local no cuentan tanto las siglas como las personas, pero no lo es menos que estas cada vez se amparan y se esconden más en aquellas, de modo que es cosa de ver como en los plenos municipales de cualquier pequeña población se remedan los duelos del Congreso de los Diputados. Entre eso y que en los mítines no se habla de otra cosa que de Zapatero y de Rajoy, como si ellos se presentaran candidatos para resolver los problemas del alcantarillado o del botellón, estas elecciones municipales no parecen ni municipales ni elecciones, esto último porque, como se ve, sólo concurre la derecha. Con dos partidos, eso sí.