Sube el IPC pero no el consumo

13/11/2010 - 00:00 Redaccion

Octubre se despachó con una nueva subida del IPC. Para muchos, la noticia no lo es tal pues día a día lo han notado en el bolsillo, pero los datos oficiales vienen a confirmar las sospechas de economías domésticas. En Castilla-La Mancha, los precios subieron en todas las provincias de la región, siendo Ciudad Real y Cuenca las que experimentaron la mayor subida con un 1,6 y 1,3 por ciento, respectivamente, seguidas de las de Toledo y Albacete, con un 1,1 cada una de ellas. Guadalajara con una subida de nueve décimas, registró el ascenso más leve, aunque no por ello deja de preocupar a la patronal que ve en estos aumentos una ralentización del consumo. De esta forma, la tasa interanual, tras los índices del mes pasado, se sitúa en la provincia de Toledo en el 2,8 por ciento, seguida de Ciudad Real y Cuenca con un 2,7; Guadalajara con un 2,6 y Albacete con un 2,4 por ciento. La tendencia no difiere, en exceso de la registrada a nivel nacional. Según los datos ofrecidos ayer, el Índice de Precios de Consumo (IPC) se ha incrementado en octubre en un 0,9% respecto al mes anterior; asimismo, la tasa interanual, la que compara octubre de este año con el de 2009, prospera dos décimas y se sitúa en el 2,3%, cifra que no se alcanzaba desde hacía 23 meses. Y es que en los diez primeros meses del año, los precios acumulan un incremento del 1,8%. En noviembre de 2008 los precios progresaron un 2,4%. Desde entonces y hasta hoy, ninguna comparativa se había aproximado. Los precios llevan doce meses en positivo (desde noviembre de 2009) tras encadenar previamente otros ocho meses en negativo. A esto hay que sumar que fue hace un mes cuando el INE achacaba la mitad de la inflación al desembarco del nuevo IVA, a principios del verano, algo que se sigue percibiendo en algunos sectores como el vestido y el calzado. De esto se desprende que el aumento de los precios no viene producido por la reactivación del consumo, sino por las continuas subidas impositivas, algo que no se está repercutiendo en los salarios y las pensiones y que, por tanto, podría acabar limitando aún más el gasto doméstico. .