Suerte presidenta
21/02/2011 - 00:00
Pocas veces coincido con los análisis políticos de Esperanza Aguirre -alguna vez sí--, pero reconozco que siempre me suscita una enorme simpatía personal. Inclusos sus despistes, de alguno de los cuales he sido testigo directo, son desenvueltos y desacomplejados: resulta difícil no sentirse atraído por el magnetismo personal de la 'lideresa'.
Es una populista. A mí me gustan los populistas. Los que hablan claro y dicen la verdad. Incluso acerca de su estado físico. Muchas veces he manifestado mi adhesión a las formas, sin embargo a veces cuestionables, del presidente cántabro, Miguel Angel Revilla, que no en vano es el presidente autonómico más popular, dicen las encuestas, por mucho que a los 'puristas' de la fiesta política les enerve. Ya sé que son distintos y distantes, pero Esperanza Aguirre tiene -puede que no les guste a ninguno de los dos esto que digo- algunas concomitancias con Revilla: incluso con su valiente declaración anunciando, con fines sobre todo pedagógicos, su enfermedad. Toda la suerte del mundo, presidenta, y un pronto restablecimiento para que podamos seguir gozando de esa frescura, a veces tan rupturista, pero imprescindible, que usted ha impuesto a la vida política.