También falla este sistema
01/10/2010 - 09:45
Tribuna
PEDRO CALVO HERNANDO,
PERIODISTA
Si la ocurrencia es quitar a los inmigrantes el paro, pues viva el recetario de la derecha
El comunismo soviético demostró cumplidamente su incapacidad para convertirse en un sistema deseable y eficaz para la gobernación del mundo, pues a la ausencia de libertades y derechos humanos unió la imposibilidad de encontrar unos caminos económicos que lo hicieran viable al menos en ese terreno.
Cuando contempla uno hoy el escandaloso desplome de Wall Street y toda la catástrofe que le acompaña, tiene la sensación de que este otro sistema en que vivimos tampoco garantiza ni la viabilidad económica y social de la fórmula, ni el respeto a la vida y a los derechos humanos de los ciudadanos, y que solamente apuntala, en ciertas regiones del planeta, la existencia de una democracia formal, algunas veces aceptable y otras muy lejana del mínimo respeto a los derechos básicos del ser humano. De manera que, en esas reflexiones he pasado la noche y el día, porque comprenderán los lectores el descriptible interés que me suscitan las cuitas internas y externas de Lehman Brothers y otros hermanos como Merril Lynch y semejantes.
Y, por favor, que no me vengan con el cuento de que los Estados tienen que cargar con esos muertos, puesto que en los cercanos tiempos de los monstruosos beneficios ninguno de ellos le regaló nada al Estado ni a las Hermanitas de los Pobres. El ultra, neo o liberalismo a secas, enemigo acérrimo del intervencionismo o la mera intervención del Estado en la economía, no puede cambiar la chaqueta en las vacas flacas y meternos gato por liebre, aunque a mí, particularmente, se me da una higa. Lo siento por Zapatero, que tendrá sus dudas, aunque ahora todavía más argumentos para rebatir a Rajoy por esa manía incomprensible de culparle de la crisis, cuando todo el mundo sabe dónde está la culpa -en USA y en el ladrillo- y sabe lo poquísimo más que los Gobiernos pueden hacer, más allá de lo que están haciendo. Si la ocurrencia es quitar a los inmigrantes el subsidio de paro al que tienen derecho porque han cotizado por ello, pues viva el recetario de la derecha para combatir la crisis económica. Lo que no me puedo creer es que eso dé más votos.
Cuando contempla uno hoy el escandaloso desplome de Wall Street y toda la catástrofe que le acompaña, tiene la sensación de que este otro sistema en que vivimos tampoco garantiza ni la viabilidad económica y social de la fórmula, ni el respeto a la vida y a los derechos humanos de los ciudadanos, y que solamente apuntala, en ciertas regiones del planeta, la existencia de una democracia formal, algunas veces aceptable y otras muy lejana del mínimo respeto a los derechos básicos del ser humano. De manera que, en esas reflexiones he pasado la noche y el día, porque comprenderán los lectores el descriptible interés que me suscitan las cuitas internas y externas de Lehman Brothers y otros hermanos como Merril Lynch y semejantes.
Y, por favor, que no me vengan con el cuento de que los Estados tienen que cargar con esos muertos, puesto que en los cercanos tiempos de los monstruosos beneficios ninguno de ellos le regaló nada al Estado ni a las Hermanitas de los Pobres. El ultra, neo o liberalismo a secas, enemigo acérrimo del intervencionismo o la mera intervención del Estado en la economía, no puede cambiar la chaqueta en las vacas flacas y meternos gato por liebre, aunque a mí, particularmente, se me da una higa. Lo siento por Zapatero, que tendrá sus dudas, aunque ahora todavía más argumentos para rebatir a Rajoy por esa manía incomprensible de culparle de la crisis, cuando todo el mundo sabe dónde está la culpa -en USA y en el ladrillo- y sabe lo poquísimo más que los Gobiernos pueden hacer, más allá de lo que están haciendo. Si la ocurrencia es quitar a los inmigrantes el subsidio de paro al que tienen derecho porque han cotizado por ello, pues viva el recetario de la derecha para combatir la crisis económica. Lo que no me puedo creer es que eso dé más votos.
