Tiburones en las bolsas

04/08/2011 - 00:00 Carlos Carnicero

 
No son cazadores solitarios; forman manadas y atacan a los que aparecen más débiles. Una vez liquidadas Grecia y Portugal, reducidas al cuasi predesarrollo, el objetivo siguiente es Italia y España. Los mercados tienen los dientes afilados y son insaciables. Los gobiernos están desconcertados y suplican a una Unión Europea que cada vez es una realidad más liviana y menos operativa. Los ciudadanos están muertos de miedo. Los indignados se apoderan de razones que les fortalecen y son los únicos que se atreven a salir a la calle y demostrar su disconformidad con un sistema que ya no sirve. Las elecciones se van a celebrar en un hemisferio en el que la política se está deslegitimando por su inoperancia frente a los mercados. El paréntesis de agosto este año es tormentoso. Las nubes se están cargando para la gran descarga de septiembre. Cientos de ERE, despidos, falta de circulación de dinero, cierre de empresas. En ese escenario es en donde se van a celebrar unas elecciones en donde la alternancia sólo va a significa un gesto de desconfianza radical en lo que existe. Rubalcaba se ha quedado sin discurso. No se puede formar parte esencial de un gobierno inoperante y sin crédito y encabezar la alternativa a lo que se defendió con un silencio culpable. El PP es un animal de rapiña que busca entre los despojos para gobernar sobre la miseria. Nadie tiene el coraje de decir lo que está pasando, de agarrar la antorcha de la rebelión y empezar a poner en su sitio a los poderosos. La dictadura de los mercados es la dictadura de los banqueros que siguen duplicándose sus prebendas mientras los tiburones acaban con los peces más pequeños. El miedo paraliza; la indignación subleva. ¡Ojo con la furia de los ciudadanos! .