Todo en contra de la llegada de nuevos bebés
Cada vez nos pensamos más aquello de convertirnos en papás, y más aún le damos vueltas a aumentar la familia, cuando a duras penas logramos llegar a fin de mes con cierto éxito.
La provincia está sufriendo la crisis también en sus niveles de natalidad, que han retrocedido en los tres últimos años, periodo que coincide plenamente con los tiempos de crisis. Dar a luz al primer pequeño, para empezar, supone un cambio de vida absoluto, que no muchas parejas están dispuestas a afrontar, pues somos una sociedad cada vez más hedonista, independiente y pasota de responsabilidades y de ataduras. Por otro lado, aumentar la familia, cuando ya un solo crío se lleva una parte muy importante del sueldo de una familia media, es a veces a todas luces imposible de sustentar. Por otro lado y unido a esto, en los últimos años también se está notando que a hombres y mujeres les cuesta mucho más procrear. Lo intentamos a edades menos jóvenes que antaño, nuestra alimentación ya no es tan natural como lo era en el caso de nuestros abuelos, nuestro ritmo de vida es acuciante, abusamos del alcohol y otros vicios... en fin, parece que todo está en contra de que vengan más bebés al mundo.