Todo por la pasta

16/12/2010 - 00:00 Francisco Muro de Íscar

 
Es inocente la publicidad? En todo caso la publicidad puede matar la inocencia. Algunas campañas navideñas son una agresión al sentido común, pero también hay anuncios maravillosos, seguramente la gran mayoría, tanto para vender productos legítimamente como mover sentimientos generosos. Ha habido campañas de algunas grandes marcas que han herido profundamente sentimientos nobles. Y cuando la publicidad se junta con el deporte rey, con el fútbol, cobra aún mayor visibilidad. Las excelentes campañas de publicidad del Atlético de Madrid aunque no dan puntos, deberían clasificarle directamente para la Copa de Campeones. Ahora el Barcelona, que durante años se ha negado a "manchar" publicitariamente la camiseta de su equipo y que durante una larga etapa ha llevado, gratis et amore, el logo de UNICEF, acaba de firmar un contrato con la Quatar Foundation para llevar este nombre en sus camisetas a cambio de una pasta, 165 millones de euros en cinco años. Se da la circunstancia, además, de que tal vez convivan los dos logos, el de un país que vulnera derechos humanos fundamentales y el de una de las organizaciones de infancia que denuncia esas violaciones cada día. Aunque Guardiola, que jugó allí al fútbol durante unos meses, lo ha defendido diciendo que ese es "un país más abierto de lo que parece" y donde él no sintió la falta de libertad, los hechos son tozudos y las reacciones en contra no se han hecho esperar. Quatar es, además, el país donde se celebrará el Mundial de 2022 y el presidente de la FIFA queriendo hacer una gracia ha metido la pata hasta el final al decir sonriente que cuando llegue ese mundial "los gays y lesbianas tendrán abstenerse". No es sólo eso. Qatar es un país sin un sistema judicial de garantías, sin partidos políticos, sin democracia, gobernado autocráticamente, con graves prohibiciones hacia la mujer, entre ellas que pueda casarse con quien quiera, que persigue y castiga la homosexualidad hasta con la muerte y que tiene vínculos con el terrorismo islamista y antisemita. Seguro que hay otros peores, pero eso no excusa la valoración de fondo. Mala elección para el Mundial de fútbol y peor para la camiseta del que se considera "más que un club". Lo ha dicho hasta Cruyff. Es cierto, como dice su presidente Sandro Rosell, que el Barça debe una pasta y que tiene que pagar las nóminas. Que lo piensen. También pueden cambiar el nombre del Nou Camp por Qatar-Unicef Stadium, por ejemplo y meter más pasta en las arcas del club. Pero la imagen del Barcelona va a sufrir un daño irreparable. O se está con los derechos humanos y la libertad o contra ellos. Es muy fácil. . .