Tokio Kara: Ya
Comienzan los Juegos. La competición se inició hace unos días, pero con la ceremonia de inauguración de este viernes, tras 364 días de retraso, empiezan oficialmente. Una ceremonia un tanto extraña por la ausencia de público, pero con momentos emotivos como suele ser habitual. No podía faltar la referencia a la pandemia y al confinamiento global. Tampoco la exhibición tecnológica con una espectacular composición con drones para imaginar un mundo mejor. La ceremonia cuenta con otras curiosidades como la salida de los atletas españoles prácticamente a la mitad de las delegaciones, por detrás de países como Uganda o Zimbabue y delante de otros como Alemania o Dinamarca; y es que el orden del alfabeto japonés tiene estas peculiaridades. En todas las ceremonias olímpicas las imágenes aéreas suelen ser espectaculares pero las de Tokio tienen otra dimensión, la interminable composición de rascacielos entrecruzados por las autopistas urbanas y la bahía con sus puentes es impresionante. Original y divertida es también la recreación de todos los pictogramas olímpicos.
La presencia olímpica ha irrumpido en todo el mundo, en Japón esto se ha multiplicado y por supuesto mucho más en la ciudad de Tokio. Ya no hay rincón ni espacio en prensa, radio y televisión que se libre de los aros olímpicos. Las noticias de la competición ya desplazan a las relacionadas con los casos positivos de Covid que se están dando entre los participantes, algo prácticamente anecdótico teniendo en cuenta las miles de personas venidas de todas partes del mundo, que no son precisamente público puesto que la entrada a Japón sigue estando prohibida excepto para los acreditados. Todos los recién llegados se tienen que hacer pruebas diarias, y de lo que no está al tanto la población japonesa es de los que estamos trabajando de una manera u otra, independientemente del tiempo que llevamos o de ser residentes en el país, nos tenemos que someter semanalmente a los controles, o incluso diario si hay contacto con deportistas. No lo saben y les causa un gran asombro cuando se enteran.
Estos días son para realizar una de las tradiciones que siguen desde hace décadas las personas acreditadas en los Juegos: mandar postales con los sellos y matasellos creados para la ocasión. Siempre se instalan oficinas de correos en sitios como la villa olímpica o el centro de prensa y la actividad es abrumadora. También la de la venta de productos de promoción de los Juegos. Hay de todo, desde cajas de galletas hasta carísimas cristalerías. Y como novedad, al estilo totalmente japonés, la venta en sofisticadas máquinas automáticas.