Turismo de interior
Hace algún tiempo, antes de la pandemia que ha venido a refrendar el acierto, ya se había iniciado por parte de la Junta y la Diputación una estrategia destinada al llamado turismo de interior.
En sus fechas habituales, unos días antes, llega una nueva edición de la que es la feria internacional del turismo más prestigiosa del mundo, cita imprescindible para dar a conocer y potenciar los atractivos de cada lugar con el fin de convertirlo en destinos de visitas. Al margen de que no consideremos oportuna su celebración en esta fecha concreta y pensemos que bien podría haberse retrasado unas cuantas semanas en atención a la situación sanitaria que vive el mundo, lo cierto es que no solo debemos estar sino además apostar con fuerza por hacer la mejor de las presentaciones de nuestros productos y encantos naturales.
Hace algún tiempo, antes de la pandemia que ha venido a refrendar el acierto, ya se había iniciado por parte de la Junta y la Diputación una estrategia destinada al llamado turismo de interior que invita a conocer, a descubrir al viajero lo bello y bueno que hay en la propia provincia. Aquí tenemos impresionantes paisajes, opciones de ocio como rutas en bicicleta, moto, a caballo o para senderistas, restaurantes con estrellas, broches o soles, monumentos como palacios, catedral, conventos o iglesias, plazas, calles, ríos, barrancos, fiestas, costumbres… que tal vez no hayamos visitado nunca o lo hayamos hecho demasiado rápido.
Hoy, como cada año, hacemos un repaso exhaustivo en un suplemento especial de todo lo que se puede ver y hacer en nuestra patria chica repleta de casas rurales y alojamientos para el viaje. El turista, pero también cualquiera de nosotros, puede vivir unos días inolvidables en numerosos enclaves cercanos y hacerlo de una manera segura en tiempos en lo que la prudencia debe guiar nuestros pasos, seguramente también de manera más económica y en cualquier momento pues planificar el viaje resulta más sencillo que cuando implica un largo desplazamiento. Ello no quiere decir que renunciemos a la experiencia enriquecedora como ninguna de salir al extranjero, de conocer otras culturas, de ver mundo porque seguramente sea la mejor de las inversiones o regalos que podamos hacernos a nosotros mismos. La vida son momentos, es lo que queda, y muchos de nuestros recuerdos son de viajes, de esos instantes que se rompe con la rutina. Aprovechemos FITUR para incentivar al gusanillo viajero y planificar alguna salida con el debido cuidado por el virus.