Un Gobierno sin camino

04/03/2011 - 00:00 Andrés Aberasturi

   El Consejo de Ministros ha aprobado una serie de medidas para ahorrar energía porque los españoles debemos entender que esto de la luz, el aire acondicionado o la gasota, no son gratuitas, según ha explicado muy bien el vicepresidente del Gobierno. Hombre, yo creo que eso no sólo lo entendemos en teoría sino que lo comprobamos cada mes cuando llegan los recibos y cada menos cuando tenemos que llenar de el depósito del coche. Pero salvo esta matización, está muy bien que tengamos bombillas de bajo consumo, apaguemos algunas luces inútiles en edificios públicos y hasta cambiemos los neumáticos por otros que gasten menos. No vamos a discutir -aunque se podría hacer- todas y cada una de las cosas aprobadas porque el problema es de fondo y no puntual. El problema es cuando Zapatero llegó al Gobierno la dependencia energética del país era exactamente la misma - o menor - que lo es en la actualidad: no tenemos ni gas ni petróleo y por lo tanto hay que acudir a los mercados que siempre fluctúan y generalmente para peor. Ya sé que entonces era impensable la crisis económica mundial y más impensable aun el conflicto libio. Pero es que esa no es la cuestión. Lo que no se termina de entender -aunque sea muy bonito y muy progre- es la decisión de renunciar a la única fuente de energía que si podríamos tener y que no es otra que la nuclear.
   Antes de tomar una decisión así, hay que pensar la cosa dos veces porque esto no es lo mismo que aprobar una ley que luego puede revocarse; las centrales nucleares cuestan mucho dinero y mucho tiempo, cuestan construirlas y ponerlas en marcha y cuentan mucho cerrarlas por decreto. Pero si esa es por ahora la única solución para no estar permanente vendidos al petróleo -o al menos estarlo en menor medida- pues parece que el asunto no se puede limitar a ser un objetivo de campaña porque la idea "vende" y menos aun hacer de semejante y trascendental medida una bandera de un gobierno. Ahora pintan bastos y cada semana nos anuncian medidas nuevas y nos recuerdan lo dependientes que somos de los barriles y los gaseoductos. Pero si esta era así, si ha sido así siempre, ¿por qué renunciar a una buena y estudiada planificación de las nucleares? ¿Por qué si siempre estuvimos en mal vamos a ponernos peor? Lo malo de los mundos de Yupi es que no existen y cuando uno se empeña en vivir en un cuento, siempre hay alguien o algo que te devuelve cruelmente a la realidad.
    No molesta la idea de las medidas del Gobierno; molesta y mosquea que las vaya pariendo sobre la marcha. De un Gobierno se espera coherencia en sus planteamiento, transparencia en sus datos y la seguridad de que se está haciendo un camino que podrá gustar mas o menos, gustar a unos y no gustar a otros, pero que es, en definitiva, el camino trazado por quien ha ganado unas elecciones. Con ZP eso dejó de pasar hace tiempo: no hay camino. El Gabinete va de acá para allá a golpe de medida aislada, de apunte de Bruselas, de llamada de Obama, de huelga de controladores, de exigencia de de partido nacionalista, de amenaza de sindicatos* y lo mismo se subvenciona al carbón que se baja la velocidad en las autovías. Todo vale para salir del paso, para salvar el escollo; cualquier cosa menos reconocer a las claras que ahora mismo no se sabe muy bien qué hacer y que lo que se hace se hace con buena intención pero con escasos estudios. .