Un niñato cobarde
01/10/2010 - 09:45
Por:
Ortiga
En estos tiempos donde el paro está a la orden del día, no tiene uno otra cosa que hacer que tener que poner del bolsillo propio para arreglar el retrovisor del coche. Eso hubiera sido lo que probablemente hubiera ocurrido si no llega a ser por una persona que vio como un graciosillo de 16 años se dedicaba durante el fin de semana a romper de forma intencionada este elemento tan importante para circular con el vehículo. El testigo avisó a la Policía y retuvo al gamberro hasta que los agentes llegaron y tomaron parte en el asunto. Da vergüenza descrubir cada fin de semana entre las incidencias que remite el Ayuntamiento a los medios de comunicación sucesos relativos al vandalismo urbano protagonizados por menores de edad que deben de aburrirse bastante para llegar a esas conductas.
Aburrirse o beber demasiado. Cuando no es una papelera es un banco, y cuando no una fachada de una vivienda que se despierta llena de graffitis. La madurez hace recapacitar para enterrar estas conductas en las personas, pero, una vez más, no estaría mal que jóvenes como el revientaretrovisores sepan lo que siginifica el peso de cargar con las sanciones de la Ordenanza de Convivencia.