Un pan como unas tortas

14/02/2016 - 23:00 Javier del Castillo

Confieso que llegué a abrigar la esperanza de que las elecciones pasadas sirvieran para regenerar el actual sistema político, creando los contrapesos necesarios para que los dos grandes partidos tomaran nota de sus errores, rectificaran y se renovaran, pero veo que es imposible.
Han pasado casi dos meses y tengo la sensación – supongo que como muchos españoles – de que hemos hecho un pan como unas tortas. En el PP están bloqueados, esperando que les toque gobernar de rebote, mientras que en el PSOE se hacen cruces ante la deriva que puede tomar su cuestionado secretario general con tal de ser elegido presidente. Lo de gobernar, será otro tema.
Las incompatibilidades entre Ciudadanos y Podemos son un elemento distorsionador añadido a una realidad que se complica cada día. Pese a todo, el voluntarioso Sánchez sigue estrechando manos a derecha e izquierda, por el centro y por la periferia, a nacionalistas moderados y a independentistas revenidos… Y si consigue meter en la batidora a todos ellos, le dará al botón y saldrá de ahí lo que Dios quiera.
Íñigo Errejón, al que algunos ya comienzan a tomarle en serio e incluso a llamarle ministro, dijo el otro día en Onda Cero que con noventa escaños no le parece razonable que Sánchez aspire a gobernar en solitario. Pero, como tampoco sería razonable – esto lo digo yo - hacerlo en coalición con su partido, cuyos referentes más inmediatos son Venezuela y Grecia. Tener un Consejo de Ministros variopinto, en el que estaría sentado el titular de Plurinacionalidad, un ministerio del que desconocemos de momento sus competencias, podría ser la bomba.
No me digan que no hay motivos suficientes para que la esperanza de quien suscribe se vaya diluyendo como un azucarillo en la taza de tila que debe estar tomándose Rajoy cada mañana para no cometer algún atropello.
Si a la comentada maraña de intereses políticos –ajenos casi siempre a los generales–, sumamos el aforamiento de Rita Barberá, las imágenes del juicio del “caso Nóos”, la entrada triunfal de Jordi Pujol y señora en la Audiencia Nacional, o los titiriteros y ocupas que han “secuestrado” a Carmena, es lógico que uno pierda la esperanza y sienta deseos irrefrenables de salir corriendo.
.