Un paseo emblemático de Guadalajara: Dr Fernández Iparraguirre: 'Las Cruces'
En los planos municipales del año 1849 ya figuraba un camino que se utilizaba como paseo y que partía de la ermita de la Virgen de la Soledad, llegando hasta los parajes denominados como “La Guarrina y “ Balconcillo”.
Por Eduardo Díaz
A lo largo de este tramo estaban colocadas unas cruces de piedra que servían para rezar el Vía Crucis durante la Cuaresma y aunque este paseo no tenía todavía nombre oficial en el callejero municipal, se comenzó a llamar como Paseo de Las Cruces. Estas cruces fueron desapareciendo con el paso del tiempo y la última que se ubicaba justo enfrente de la ermita de la Soledad fue trasladada al cementerio municipal en el año 1885, permaneciendo en el Campo Santo hasta el año 1932 en que fue destruida.
Uno de los principales edificios que se construyeron en este paseo fue la Plaza de Toros en el año 1860, lo que produjo un mayor trasiego de personas a lo largo del camino, sobre todo en las fechas festivas de la ciudad. Posteriormente comenzaron las obras de la construcción de las Escuelas Escolares que con el paso del tiempo pasaron a denominarse Grupo Escolar Rufino Blanco, siendo en la actualidad el complejo educativo más antiguo de la ciudad. En la finalización del paseo, la familia de Francisco Cuesta construyó un asilo nocturno que es en la actualidad el colegio de Educación Especial “ Virgen de la Salud”. A lo largo del paseo comenzaron a levantarse edificios estatales como: el Gobierno Civil, la Audiencia Provincial y el edificio de Sindicatos. En la acera opuesta se construyeron dos bloques de viviendas para funcionarios municipales y familias de militares, acompañados por un edificio estatal de Sanidad.
El 15 de marzo de 1901 el Ayuntamiento de Guadalajara en sesión plenaria decidió dar el nombre del Paseo al doctor Francisco Fernández Iparraguirre por su estimada labor en la enseñanza a sordomudos y ciegos e igualmente por ser el fundador del centro Volapükista Español.
En el año 1970 el Paseo dejaba de ser de tierra y se ponían unas bonitas baldosas que combinaban los colores granates y blancos, que con el paso del tiempo y debido a su deterioro, fueron sustituidas por baldosas de pizarra que son las que hay en la actualidad.