Un primer año de Gobierno

11/06/2012 - 14:25 Redacción

Hace hoy un año, el alcalde capitalino juraba, de nuevo, su cargo como Primer edil asegurando que su Gobierno sería continuista y que las personas serían el objetivo de su acción política. En un ejercicio marcado por la crisis y los recortes, pocos son los proyectos que han salido adelante, más allá del mantenimiento de los servicios públicos y de obras de segunda categoría, lo que no ha sido ningún obstáculo para que el alcalde cumpliese lo prometido: la atención a los que más lo necesitan. Ese podría considerarse como el mayor compromiso de un primer ejercicio de Gobierno en el que la falta de ingresos ha provocado casi el olvido de actuaciones tan importantes como la ampliación del hospital, el nuevo campus del Ruiseñor o el Parque Científico y Tecnológico. Son épocas de ajustes, y las grandes infraestructuras se relegan para hacer frente a necesidades más perentorias. Precisamente en ese mismo marco se encuadran medidas poco “apetecibles” como la subida del IBI o la modificación de las tarifas del autobús urbano. De ahí, que el balance positivo que se hace desde el PP difiera con el presentado por el PSOE, o IU, que llegan a calificar de “chulesca y prepotente” la actitud del alcalde durante los últimos 12 meses. Y es que si por algo se ha caracterizado este periodo, no ha sido sólo por los recortes o la optimización de los recursos, sino por la ruptura del entente cordiale que durante años había venido marcando la relación entre la oposición y el Gobierno municipal. La cordialidad que ambos habían mantenido durante años atrás desapareció cuando el PSOE arremetió contra el comportamiento del alcalde en el caso López Armada. Desde entonces los encuentros por los pasillos son incómodos y los plenos, más tensos. Se inicia el segundo año de la legislatura y, aunque todo apunta a que la situación económica no será mucho mejor, esperemos que, al menos, las relaciones entre grupos municipales vuelvan a su cauce.