Un reto compartido
01/10/2010 - 09:45
El comentario
ENRIQUE G.JORDÁ, Periodista
El pasado domingo se celebró bajo el lema Un reto compartido, el Día Mundial del Alzheimer, una jornada de concienciación instituida por Alzheimers Desease International (ADI) acerca de esta enfermedad neurodegenerativa que representa más del 60% de todos los casos de demencia.
La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias de la Provincial de Guadalajara, lleva prácticamente todo el mes con diversas actividades dirigidas a todo el público guadalajareño encaminadas a informar y dar a conocer todas las cuestiones relacionadas con la enfermedad, así como solicitar el apoyo y la solidaridad de la población; unir esfuerzos con las autoridades sanitarias y gubernamentales; colaborar con las familias en su lucha contra esta patología y defender los intereses de las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer y sus familiares ante las instituciones.
La presidenta de la Fundación Alzheimer España, Micheline Selmes, recordó en esta celebración que el enfermo de Alzheimer es alguien que está a la vez presente y ausente. Presente, porque está físicamente; pero ausente porque ya no es ni será más la misma persona. A su vez, el Dr. Juan José López-Ibor, jefe de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y patrono de la Fundación Alzheimer España, comentó que: el deterioro cognitivo no es lo esencial del Alzheimer. Hay otros aspectos enormemente penosos, pues esta es una enfermedad que destruye lo más noble y específico que tiene el ser humano.
La expectativa de vida va en aumento, estimándose que en 2050 habrá más de 1.000 millones de personas de más de 65 años. En la actualidad en el mundo hay 26 millones de afectados por el Alzheimer. Los complejos y laboriosos trabajos de investigación, me consta, van por buen camino y se espera, con la debida y necesaria prudencia, el conseguir un mundo sin Alzheimer en la próxima década. Hay que tener en cuenta que en la actualidad más de dos millones de españoles superan los 80 años de edad. De ellos, casi 1.380.000 son mujeres, que representan el 65% del total. En Castilla-La Mancha la población octogenaria ronda los 110.000 ciudadanos.
El lema de este año, recuerda que la enfermedad de Alzheimer no sólo afecta a las personas que la padecen, sino también a todas aquellas que la comparten como ocurre con los familiares, los cuidadores e incluso también los especialistas sanitarios y los investigadores que trabajan para descubrir sus causas y los oportunos tratamientos. Pero, si somos consecuentes, todos en cierta medida, deberíamos compartir este reto.
La presidenta de la Fundación Alzheimer España, Micheline Selmes, recordó en esta celebración que el enfermo de Alzheimer es alguien que está a la vez presente y ausente. Presente, porque está físicamente; pero ausente porque ya no es ni será más la misma persona. A su vez, el Dr. Juan José López-Ibor, jefe de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y patrono de la Fundación Alzheimer España, comentó que: el deterioro cognitivo no es lo esencial del Alzheimer. Hay otros aspectos enormemente penosos, pues esta es una enfermedad que destruye lo más noble y específico que tiene el ser humano.
La expectativa de vida va en aumento, estimándose que en 2050 habrá más de 1.000 millones de personas de más de 65 años. En la actualidad en el mundo hay 26 millones de afectados por el Alzheimer. Los complejos y laboriosos trabajos de investigación, me consta, van por buen camino y se espera, con la debida y necesaria prudencia, el conseguir un mundo sin Alzheimer en la próxima década. Hay que tener en cuenta que en la actualidad más de dos millones de españoles superan los 80 años de edad. De ellos, casi 1.380.000 son mujeres, que representan el 65% del total. En Castilla-La Mancha la población octogenaria ronda los 110.000 ciudadanos.
El lema de este año, recuerda que la enfermedad de Alzheimer no sólo afecta a las personas que la padecen, sino también a todas aquellas que la comparten como ocurre con los familiares, los cuidadores e incluso también los especialistas sanitarios y los investigadores que trabajan para descubrir sus causas y los oportunos tratamientos. Pero, si somos consecuentes, todos en cierta medida, deberíamos compartir este reto.