Un San Cristóbal salpicado de chascarrillos
01/10/2010 - 09:45
Te cuento
Salpicado de pequeñas anécdotas, al igual que el párroco de la iglesia de San Ginés intentó hacer con el hisopo más no lo consiguió -ahora explicamos por qué- así transcurrió la celebración de la festividad del patrón de los conductores y transportistas, San Cristóbal, en la capital. El considerable calor provocó que las gotas de agua de la bendición casi se evaporasen, según contaron algunos testigos de la procesión y demás actos.
Por otro lado, los numerosos asistentes acogían de muy buen grado las rosquillas y otros dulces varios que la Hermandad de San Cristóbal de la capital había dispuesto para todos los que por allí se pasaran, causando especial furor entre las personas de mayor edad. El párroco de nuevo volvió a ser protagonista bien entrada la mañana, cuando tras tantas y tantas bendiciones, comenzó a impelir a los vehículos a circular con más rapidez, incluso olvidando por unos momentos lo que decían los semáforos, a causa de las elevadas temperaturas que, sin duda, pesaron sobre la ciudad. Sin duda, luego son los pequeños detalles como éstos los que hacen especiales todas y cada una de las celebraciones anuales del Ángel de la Guarda de los conductores.