Un testigo importante

27/06/2022 - 10:18 Marta Velasco

Tengo la ventaja de ser seguntina y haber conocido a los De Grandes desde siempre, y me conmueve ver al niño que fue Luis sentado en las rodillas de su padre.

En medio de este calor que nos ataca con polvo rojo del Sahara, el miércoles 15 asistí a la presentación, a cargo de expresidente Rajoy y del editor Manuel Pimentel, del libro de Luis De Grandes, un alcarreño-seguntino y europeo, que comienza sus memorias diciendo quién es y en qué ambiente se educó.

Tratándose de unas Memorias, me gusta que el autor presente a sus padres y hermanos, a su mujer, a sus amigos, que dé entrada al lector en su casa. Tengo la ventaja de ser seguntina y haber conocido a los De Grandes desde siempre, y me conmueve ver al niño que fue Luis con su flequillo rubio sentado en las rodillas de su padre. Luis pertenece a una gran familia, su madre fue una mujer muy elegante y simpática y su padre era un apuesto abogado que hablaba francés. Con esos mimbres, todos los De Grandes han resultado inteligentes, elegantes y encantadores. 

La presentación estuvo llena de caras conocidas. Pimentel hablo de la obra, de su labor como editor y de la importancia testifical del libro de Luis De Grandes.  Yo tenía mucha curiosidad por oír a Mariano Rajoy fuera del parlamento y no me defraudó, es un gran orador que se acerca al público con naturalidad, estuvo esplendido. Habló de Luis mostrando su aprecio por él como persona y como político.

Luis titula su libro “Testigo de un tiempo” y lo subtitula “Historia del centroderecha español.  De Adolfo Suarez a Mariano Rajoy”. De la primera lectura se desprende que el autor, no solo es un escritor ameno, sino que fue un testigo atento al importante momento que se vivía en España y que participó activamente en la construcción de nuestra democracia. Su carrera ha durado 40 años, ha conocido de cerca a todos los políticos españoles y europeos y ha pasado por las más difíciles circunstancias; su libro aporta una visión cercana y veraz de los años más decisivos de nuestra historia y, en ese aspecto, es una obra fundamental. 

He oído que Romanones opinaba que un buen político solo necesitaba ser alto y tener buena voz. Quizá en sus tiempos, que no había micrófonos.  Pero para ser hoy un político de verdad como lo ha sido Luis De Grandes, se necesita estar muy preparado, ser generoso, honorable, sincero, resistente, respetuoso con los rivales, tener principios éticos y mantenerlos durante cuarenta años.