Un verano diferente que requiere responsabilidad
Con una mascarilla que puede salvar vidas, la nuestra y la de aquellos a los que nos vamos a encontrar estas vacaciones.
Nadie habría querido organizar unas vacaciones como las de este 2020. En muchas ocasiones, cuando cerramos un verano, ya estamos pensando en el siguiente. O cuando comienza septiembre y nos marcamos propósitos del nuevo curso. O en enero, con los compromisos del año nuevo. Entonces nadie imaginó la que se nos venía encima. Y de repente nos hemos encontrado en un verano en el que los desplazamientos están siendo más arriesgados que nunca. El peligro, además de en la carretera, está en la dispersión de un virus que sigue dando guerra pese a que estemos a más de 40 grados. Por ello, muchos este año optarán por el turismo de proximidad. Ese que tenemos a la vuelta de la esquina y a escasos kilómetros en coche. Ya sea en nuestros pueblos de siempre, donde podemos desconectar mirando al cielo por las noches sin las luces cegadoras de los municipios más grandes. Ya sea en otras localidades de la provincia de Guadalajara por descubrir: la Arquitectura Negra, el Alto Tajo, la Alcarria… Las opciones son inmensas. Podemos aprovechar ese consejo que nos da la última campaña promocional del turismo en Castilla-La Mancha, Tus vacaciones nunca han estado tan cerca, para conocer lo que deberíamos, pero que a veces, precisamente por esa cercanía, no les damos la importancia que merece. Escapadas de fin de semana. O de un día. Caminando. Buscando sombras y fuentes para hacer frente al calor. Dándonos cuenta de que los grados bajan a medida que nos adentramos en la Guadalajara rural. Y de manera proporcional crece la hospitalidad de sus gentes. Si Cela vino, vio y venció, ahora nos toca a nosotros. Pero, por favor, con la responsabilidad que corresponde a estos tiempos de Covid-19. Con una mascarilla que puede salvar vidas, la nuestra y la de aquellos a los que nos vamos a encontrar estas vacaciones. Con una distancia social que no tiene que estar reñida con el cariño al prójimo. Así que, para quien aún no tenga planes en agosto, que coja un mapa de Guadalajara, cierre los ojos, y se deje llevar por lo que el azar diga. Seguro que el destino merecerá la pena.