Una crisis sin hoja de ruta
01/10/2010 - 09:45
Por:
El comentario
JOSÉ LUIS GÓMEZ / Periodista
E spaña logró ser una de las diez primeras potencias económicas del mundo y uno de los países con mayor capacidad de crecimiento económico y de empleo con la legislación laboral que de repente ha sido denostada. También basó la redistribución de su bonanza en el Estado de las autonomías, que ahora pasa poco menos que por ser el causante del déficit público, lo que da pie a la derecha política y mediática para abanderar la recentralización. Algo tan evidente como que este país no fue capaz de soportar la caída simultánea de la construcción y del sector financiero, arrastrado por una crisis global y el reventón de la burbuja inmobiliaria, se utiliza ahora como arma arrojadiza contra los sindicatos y contra el Gobierno, para mayor gloria de la derecha política y económica. ¿Quiere eso decir que el Gobierno lo hizo bien? Por supuesto que no, solo quiere decir que todo es más complejo de lo que se pretende hacer ver.
El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha cometido muchos errores en la gestión de una crisis desbordante, pero no ha sido el causante de la misma, lo que demuestra su torpeza y, a la vez, la habilidad de quienes sí la causaron y se están yendo de rositas, dejando atrás un lío económico, social y político del que ya veremos como se sale; máxime ahora que Bruselas ha tomado las riendas de la situación para combatir las especulaciones de los mercados financieros, en defensa del euro.
A estas alturas, en España sobran políticas de ajuste y faltan medidas de apoyo, lo que supone el rasgo más diferenciador con respecto a los planes de estabilización aplicados en otros momentos de la historia, como en los pactos de la Moncloa, en la reconversión de los ochenta o en los ajustes de los noventa. Por faltar también falta pedagogía política y económica, para que la gente sepa que los ajustes conducen a alguna parte y que con determinadas políticas y plazos se conseguirán los resultados que sean. ¿Problema? No hay hoja de ruta. Solo hay medidas impuestas por Alemania en defensa del euro, que no acaba de recuperarse de la crisis de Grecia, el país que falseó sus cifras de déficit y le dio a entender a los mercados que la deuda soberana podía tener los pies de barro.
A estas alturas, en España sobran políticas de ajuste y faltan medidas de apoyo, lo que supone el rasgo más diferenciador con respecto a los planes de estabilización aplicados en otros momentos de la historia, como en los pactos de la Moncloa, en la reconversión de los ochenta o en los ajustes de los noventa. Por faltar también falta pedagogía política y económica, para que la gente sepa que los ajustes conducen a alguna parte y que con determinadas políticas y plazos se conseguirán los resultados que sean. ¿Problema? No hay hoja de ruta. Solo hay medidas impuestas por Alemania en defensa del euro, que no acaba de recuperarse de la crisis de Grecia, el país que falseó sus cifras de déficit y le dio a entender a los mercados que la deuda soberana podía tener los pies de barro.