Una feria con rentabilidad

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Editorial
Esta feria es una de las más antiguas de la provincia. Tendilla, durante el siglo XIV y los siguientes, se convirtió en una potente villa comercial, donde su tradicional Feria de las Mulas–hoy de San Matías– atraía a gentes de diversas partes de la península para mercadear con estos animales, con otros o con cualquier otra cosa que se pudiera comprar y vender.
La Feria de San Matías era la primera que se celebraba en el año, un evento de invierno y que permitía comercializar todo lo que se había guardado durante meses. En su época de mayor auge había cuatro días y hasta una semana de tratos comerciales. Lo que más preocupaba a los vecinos era que los tratantes llegaran al pueblo con buen tiempo, luego si llovía o nevaba durante los días de feria, daba igual. Habiendo gente, siempre se vendía algo. Después de varios siglos celebrándose y siendo uno de los referentes de la comarca, alrededor de los años 60 se dejó de hacer, dejando a Tendilla sin uno de sus emblemas más importantes. Pero no pasó mucho tiempo hasta que el Consistorio de la localidad, apoyado por un gran número de vecinos, viese la necesidad de volver a poner en marcha esta actividad, allá por los años 90. Desde entonces la muestra se ha convertido en una cita anual ineludible, que cuenta con el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Provincial. Cetrería, actuaciones folclóricas, combates de caballeros, desfiles principescos y demostraciones de oficios artesanales salpicaron durante este fin de semana un programa en el que no faltó la buena gastronomía. Pero más allá del interés que genera en los turistas, la muestra es una feria en la que el intercambio comercial sigue siendo rentable, a juzgar por los más de 150 expositores que este año han vuelto a participar. Se trata, pues, de un buen ejemplo para compaginar lo lúdico y festivo con lo rentable. Sin duda, esta fórmula junto con el tesón y empeño de las gentes de Tendilla es lo que garantiza su viabilidad.