Una plazuela de Guadalajara que tuvo mucho encanto... la de Don Pedro

15/04/2018 - 10:36 Eduardo Díaz

Va a ser rehabilitada por el Ayuntamiento de Guadalajara.

Próximamente el Ayuntamiento de Guadalajara va a invertir 225.000 euros, procedentes de los fondos europeos, en la rehabilitación de la Plazuela de Don Pedro, con la intención de integrarla en la zona de la Calle Mayor. En el rincón de esta semana vamos a recordar el encanto que tuvo esta Plazuela y los numerosos comercios que se encontraban en sus proximidades. Uno de los comercios más emblemáticos era la tienda de bazar y tejidos  ‘San Bernardino’, justo debajo y ya en la calle Antonio Del Rincón, se hallaba la tintorería ‘Taravilla’ y a su lado la taberna ‘El Nido’, perteneciente a la familia Bodega, lugar en donde se podían degustar los famosos asados de cordero. Todos estos locales fueron adquiridos por la familia Ortiz, que actualmente acoge el comercio de ‘Creaciones Ortiz.
    Ya en la misma Plazuela se ubicaba el comercio de comestibles del conocido agente comercial, Isabelo De La Fuente, en el cual se podían adquirir todo tipo de jamones y embutidos. Justo en la esquina con la calle Cervantes se encontraba la denominada ‘Casa Grande’, en la cual habitaban numerosas familias e igualmente albergaba el ‘Hostal El Reloj’, teniendo su entrada principal por la calle Doctor Mayoral. En este caserón existían las cuadras de las caballerías que pernoctaban en el lateral del edificio, en la mismísima Plaza de la Antigua.
    En el otro lado de la acera se localizaba el inolvidable comercio de ‘La Tijera de Oro’, donde se podían comprar productos de bisutería, juguetería y demás artículos de capricho. Unos metros más abajo se encontraba la peluquería y barbería de caballeros del señor Pepe, lugar en el que se debatían y comentaban los temas de actualidad de Guadalajara.
    Ya en la Plazuela estaba el edificio de la sastrería de Antonio Berrueco, famosa por confeccionar los uniformes militares de la Academia de Ingenieros. Al desaparecer la misma en el trágico incendio de la noche del 10 de febrero del año 1924, la sastrería se dedicó principalmente a los géneros de ropa para caballeros y señoras. Este edificio fue derribado recientemente para unir la plazuela de Don Pedro con la calle Mayor e integrarla en el casco antiguo.
    Justo enfrente de la Plazuela estaba la tienda de ultramarinos de Isabel Rivas en la cual se podían obtener productos básicos para la alimentación, que fue la pionera en el reparto a domicilio, que realizaba su hijo en grandes banastas de mimbre. Con el paso del tiempo este edificio fue derruido para dar mayor anchura a la calzada y permitir el paso holgado del autobús urbano, el cual casi no cabía cuando circulaba por la calle Cervantes en sentido ascendente. Dentro de la Plazuela existía una fuente pública que según comentaban los vecinos manaba agua curativa y por ello se formaban largas colas para recogerla en botijos. Igualmente existían varios bancos para el descanso y alrededor de ellos se formaban tertulias sobre todo en las noches de verano. Nunca se supo a quien estaba dedicado el nombre de la Plazuela, aunque muchos historiadores locales lo sitúan en la figura de un Corregidor de la ciudad llamado Don Pedro.