Una sentencia lógica

El Tribunal Supremo dictó una sentencia de particular relieve social y religioso que bien merece un poco de atención, mientras la vida política prosigue sus derroteros con la mirada puesta en las próximas elecciones. De acuerdo con la Constitución y en un lógico acto de respeto a la ley máxima, el Supremo ha dado la razón a una joven estudiante de Santiago de Compostela que fue rechazada como opositora cuando se negó a presentarse a un examen para el que había sido convocada un sábado. La joven estudiante es de confesión adventista y, de acuerdo con sus creencias, tiene la costumbre de dedicar los sábados al descanso, para alabar y dar gracias a Dios, lo mismo que los católicos hacemos o deberíamos hacer los domingos. En coherencia con su fe, la joven, inició de inmediato una batalla judicial, que le ha costado dinero y cuatro años de espera, convencida de que se habían vulnerado sus derechos.