Urzullu en Madrid

18/11/2010 - 00:00 Charo Zarzalejos

Tiempo. Nada más y nada menos que tiempo es lo que el PNV ha dado al Gobierno y al Presidente Zapatero. Así lo dijo ayer en el foro de 'los Desayunos de Europa Press', el líder del PNV, Íñigo Urkullu. Con su tradicional prudencia, ateniéndose a un discurso muy pensado, Urkullu desgranó la posición de su partido. Fue sincero. "Hemos encontrado una oportunidad para desarrollar el Estatuto y la hemos aprovechado". La oportunidad es la debilidad del Gobierno, un Gobierno que aunque no lo diga coincide con el análisis nacionalista de que el Ejecutivo de Patxi López, apoyado por el Partido Popular "es la fórmula de coalición que menos gusta a la sociedad vasca". No olvida el PNV su desalojo de Ajuria Enea y este desalojo será el núcleo central de las conversaciones con el partido ganador de las próximas elecciones generales. Tratará de obtener de quien gane que tras las autonómicas vascas semejante circunstancia no se va a volver a repetir. Urkullu ha estado en Madrid con la tranquilidad que da saber que su apoyo al Gobierno de Zapatero no va a tener para ellos el menor coste electoral. Saben que sus bases no van a cuestionar el tradicional pragmatismo del PNV a quien le está permitido pactar con uno y su contrario sin que nunca _hasta el momento_ se le haya atribuido ni siquiera una pizca de incoherencia. Saben que la situación económica en el País Vasco no es la misma que en el resto de España y saben, por ejemplo, que no se va aplicar la desaparición del descuento fiscal por compra de vivienda. ¿Qué es lo que se sabe en el País Vasco?. Se sabe, entre otras cosas, que el PNV ha recuperado el aliento perdido por su salida de Ajuria Enea. Se percibe que la complicidad con Zapatero debilita a Patxi López y que en alguna medida el PNV se atribuye la posibilidad de "juzgar" lo que hace y hará el Ejecutivo central con el tiempo dado a cambio de transferencias. Este juicio ya lo ha iniciado el PNV. Urkullu sostiene que el Gobierno no está aprovechando bien el tiempo concedido. Pero nada pasará. Aunque el Ejecutivo de Zapatero dilapide el tiempo, el PNV no va a romper el pacto y, ni siquiera, dirá palabras más altas que otras. Cuanto más tiempo tenga el Ejecutivo de Zapatero, más tiempo tienen ellos para afianzar ante la sociedad vasca, que es su feudo electoral, esta imagen de partido unido y necesario que Urkullu, de puertas adentro de su propia casa, está gestionando con inteligencia.