Va de cuernos

Esa curiosidad supone que Robisco se lave las manos y deje claro que, a partir de ahora, si los encierros no tienen la vistosidad y la categoría que piden los aficionados no habrá más culpable que Magdalena Valerio. El concejal se encargó de dejar más que claro que la carrera taurina urbana más importante de la provincia se rige por el Reglamento Taurino de Castilla-La Mancha, ese que aprobó la Junta allá por el 99, cuando la cosa de los cuernos se iba de las manos y alguien debía poner orden. El orden impuesto contempla que las reses que se corren en los encierros urbanos no pueden tener más de tres años y que sus astas deben cortarse tres o cuatro centímetros. Argumenta el concejal que con animales tan jóvenes y con los cuernos afeitados el recorrido pierde atractivo para corredores y espectadores. Como intento de justificación es válido pero valdría la pena recordar a Lorenzo Robisco que la cuestión taurina en la capital no se resuelve cambiando dos artículos de un reglamento. Con casi dos años en el cargo aún no ha tenido tiempo de concluir el asunto de los nuevos corrales, proyecto que dejaron practicamente concluido los socialistas. Además, las figuras seguirán negándose a lidiar toros que han sido previamente corridos por las calles. A lidiarlos, por cierto, en un coso taurino que, según anunció el concejal de Urbanismo hace ya muchos meses a estas alturas debería estar hecho escombros. Y como el asunto de los toros da para mucho. Tal vez debería haber explicado ayer Robisco algunos detalles sobre la liquidación a la antigua adjudicataria y cómo se está negociando con un posible nuevo adjudicatario, Rivera Ordóñez, sin hacer referencia a un nuevo concurso. Lo dicho, que a Magdalena Valerio no le va a poder endosar tanto paquete.