Verano abrasador
El medio infierno que se nos viene encima también provocará, aventuran, un mayor riesgo de sequías, y problemas de salud, como golpes de calor y deshidratación sobre los que suele dar la brasa el Ministerio de Sanidad.
Llevan los meteorólogos avisando, desde meses antes de anunciarse el 23-J, sobre cómo será el verano que se avecina: largo y abrasor. Como resultado se prevé plagado de megaincendios forestales que calcinarán bosques, montes y hasta las piedras. Coparán, como siempre, los informativos y desinformativos con desalojos y recuerdos de fuegos trágicos como el de 2005 nuestros pinares del Alto Tajo.
El medio infierno que se nos viene encima también provocará, aventuran, un mayor riesgo de sequías, y problemas de salud, como golpes de calor y deshidratación sobre los que suele dar la brasa el Ministerio de Sanidad. Mejor no hablar de muertes que los epidemiólogos cuentan por miles.
Si el verano se nos hacía interminable cuando el campo no estaba mecanizado, los sabiondos certifican ahora que dura ya cinco semanas más que en los años 80. Han constatado que va aumentando a un ritmo de nueve días cada década. El crecimiento se produciría restando a las estaciones vecinas, en el final de la primavera y el inicio del otoño.
“Los meses del verano climatológico traerán un ambiente mucho más cálido de lo normal en prácticamente toda la Península. Este julio y agosto nos vamos a asar”, aseguran sin pudor en sus predicciones. Argumentan que los años anteriores ya fueron tórridos, con olas de calor más frecuentes e intensas. Y no digamos 2022, el más cálido registrado en toda España y en toda Europa.
¿Cómo afrontarlo? Una vía de escape para el que pueda y le mole sería irse al archipiélago de Canarias, excluido del bochorno hispano. Habrá que recurrir a baños, ventiladores, aires acondicionados, centros comerciales, abanicos o sombras de callejones y árboles.En los pueblos ninguna como las de la higuera y la noguera (según quien diga), pese a supersticiones que las consideran malditas.
Igual se equivocan y no es para tanto. Ojalá.Tampoco hay que ponerse siempre en lo peor.