Viaje en el tiempo

27/10/2011 - 00:00 Charo Zarzalejos

 
Llevamos ya mucho tiempo en campaña, es verdad, pero oficialmente comienza el próximo día 4. Siempre se produce mucho ruido por los vídeos de unos o las declaraciones altisonantes de otros. La campaña tiene algo de vodevil político, algo de impostura en la medida que obliga a la sonrisa cuando se sabe a ciencia cierta que al candidato, el que sea, lo que menos le apetece es sonreír. Y les veremos sonreír pese a que no hay motivo alguno para ello. Este viernes la EPA nos va a decir que rozamos los cinco millones de parados y hace unas horas nos cuentan que nuestra magnifica banca necesita miles de millones de euros para su recapitalización. No hay día sin susto y por eso y porque en el PSE las elecciones se dan por perdidas y en el PP se tiene la certeza del triunfo, unos y otros desean que el tiempo vuele.

  Los dos principales candidatos se lanzan a la arena electoral con el entusiasmo obligado pero a nada que se bucee en la trastienda de Rajoy y Rubalcaba no hay que realizar esfuerzo alguno para comprobar que tanto en Ferraz -sede socialista- como en Génova -sede del PP- se ha iniciado un viaje en el tiempo que tiene como parada término el 20N por la noche. Tan es así, que en el PSOE algunos ya tienen decidido que si Rubalcaba, por lo menos, no gana a las encuestas, esa misma noche comparecerán para solicitar de inmediato un Congreso que dote al socialismo español de un nuevo equipo directivo. Ese día por la noche, si se cumplen los pronósticos y el PSOE perdiera las elecciones ¿cuál sería el cargo, el status de Rubalcaba? Hoy por hoy sólo es candidato. Concluidas las elecciones deja de serlo y solo Rodríguez Zapatero tendrá, oficialmente, mando en plaza. Es y será el 20N el secretario general del PSOE.

  Los responsables de algunas federaciones ya tienen diseñados sus discursos y no todos, ni mucho menos, favorables al hoy candidato. Sugiero poner atención a la cara de José Blanco si es que aparece en algún momento. En el PP tampoco hay lugar a la improvisación. El balcón de Génova se va a reforzar por aquello del posible tumulto y de la misma manera que Rajoy cuidó hasta el extremo su discurso de la Convención celebrada en Málaga, va a cuidar su discurso -"será breve", aseguran- de triunfador, siempre y cuando se cumplan las previsiones.

  Quiere el líder del PP una celebración "elegante y humilde". Para esa noche, Rajoy ya tendrá pensado su Gobierno. Quiere "a los mejores" a su lado y a sus adversarios "muy cerca". Oficialmente los populares nada quieren dar por ganado pero no pueden disimular su aroma a poder ni su punto de vértigo por lo que se les avecina: crisis económica, con riesgo de recesión según algunos expertos, y ETA que guarda las armas para poder quedarse. Aprovechando el viaje en el tiempo, en Génova ya se trabaja en ambas cuestiones.