Viajes a los pueblos

15/05/2020 - 20:34 Redacción

En ningún caso este viaje tiene porque suponer ningún riesgo de contagio siempre y cuando se cumplan de manera rigurosa las reglas de precaución conocidas por quienes acudan a su segunda vivienda.

Desde este lunes somos una de las dos provincias de la región y parte de ese 51% de la población española que hemos pasado a la llamada fase 1 en el proceso de la desescalada. Eso significa, la lluvia lo ha impedido también en gran medida, que algunas personas han disfrutado en la terraza de un establecimiento hostelero, si bien muchos han decidido continuar cerrados un poco más,  que la ITV, los concesionarios y los talleres de coche vuelven, mayoritariamente, a atender, casi todos con cita previa, en los lugares de culto se ofician celebraciones y nos podemos reunir hasta diez personas, entre otras novedades del tibio inicio de esta vuelta a la relativa normalidad. El transporte público vuelve a funcionar con su frecuencia habitual, las zonas de aparcamiento de pago están otra vez controladas y el comercio abierto, todo ello con medidas de seguridad de cuyo cumplimiento dependerá pasar a sucesivas fases de reactivación. Ciertamente, pese a casos concretos, se aprecia la seriedad en los distanciamientos entre ciudadanos e incluso un elevado uso de la mascarilla por las calles, que consideramos debería ser generalizado. Sin embargo los resultados de la epidemia no mejoran como quisiéramos,  conocemos datos del estudio de seroprevalencia que señalan un importante  impacto de la enfermedad en la provincia y nos advierten de rebrotes. Con todo ello hay una cierta preocupación. Nos referimos a la posibilidad de desplazarse a la segunda residencia si esta se ubica en la misma provincia y son muchas las personas que viven en Guadalajara que provienen de algún pueblo o tienen en él su lugar para el tiempo de descanso. Ir allí implica  comprar, consumir, moverse por localidades que no han sufrido o con muy poca incidencia los rigores de esta pandemia, principalmente por su baja población, pero en ningún caso este viaje tiene porque suponer ningún riesgo de contagio siempre y cuando se cumplan de manera rigurosa las reglas de precaución conocidas por quienes acudan a su segunda vivienda. Es decir, que tengan el comportamiento exigible en esta situación, en especial el distanciamiento físico, la higiene de manos y la utilización de mascarillas en espacios cerrados. Algunos alcaldes y plataformas vecinales están pidiendo a las colonias veraniegas que esperen un poco más y son entendibles sus temores, pero deben tener confianza en los que también son vecinos, aunque ocasionales, del pueblo, porque acudirán a disfrutar del lugar, seguro, con todas las cautelas.