Vigésimo segundo éxito del maratón de cuentos

18/06/2013 - 00:00 Redacción

 
 
Miles de personas ha concitado la XXII edición del maratón de los cuentos que cada año, con punto neurálgico de actividad en el Palacio del Infantado donde ha habido narraciones ininterrumpidas durante 46 horas, se supera con más actividades, novedades y buenas noticias. La primera es la mundialización de una cita que comenzó un 24 de abril para conmemorar el Día del Libro con la idea de permanecer doce horas contando cuentos y que ahora con el programa ‘Historias de cueva en cueva’ ha llevado relatos desde Sudáfrica a Atapuerca y la Riba de Saelices y continuará en Francia e Italia, gracias a una ayuda europea. La segunda, la satisfacción de llegar con el reciente galardón de ‘Buena Práctica Iberoamericana Leer.es’ y sabiendo que su celebración puede ayudar a la declaración del Palacio del Infantado como Patrimonio de la Humanidad.
 
  La tercera, ser observados por Ciudad El Cabo que organizará un maratón similar en Sudáfrica. La cuarta, la consolidación y ampliación de toda la programación, como es el festival de narración oral, celebrado en el Liceo Caracense, las sesiones de los narradores inauditos, que a da a conocer a futuros talentos, la Palabra Viajera, que lleva el festival oral a distintos colegios, centros residenciales y el propio Hospital, el maratón viajero que acerca los cuentos a numerosos pueblos de la provincia, los Monocuentos que permiten escuchar las historias en los edificios históricos de la ciudad, la ruta de las leyendas, los maratones paralelos de fotografía e ilustración, conferencias, actividades de calle, puestos de libros… Guadalajara entera se convierte en una fiesta en el acto más importante de su agenda cultural. El intenso calor, el espectacular ambiente nocturno, la buena organización y el mejor desarrollo han sido, de nuevo, notas de un evento que se abre al mundo, con historias en muchas lenguas. Guadalajara siempre agradecerá a Blanca Calvo que encendiese la mecha y trabaje incansablemente en mejorar cada edición con nuevos y alicientes. Aunque se jubile, siempre seguirá.