Violencia sin fin

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Afganistán ha sufrido en las últimas horas un nuevo episodio de violencia brutal que ejemplifica el deterioro de la quebradiza seguridad en un país decisivo para contener al extremismo islamista. Las contradicciones entre la versión ofrecida por el Gobierno afgano y por un portavoz de los talibanes no restan ni un ápice de gravedad al asesinato, degollados, de entre 30 y 40 pasajeros de un autobús secuestrado en Kandahar por los rebeldes, que han tratado de justificar su despiadada operación de castigo atribuyendo a las víctimas la condición de militares.
El renovado empuje de las fanatizadas milicias que libran una cruenta batalla con las fuerzas de la coalición internacional subrayan el caos que parece haberse adueñado de Afganistán, cuya suerte resulta capital para el combate global contra el terror y para la estabilidad del avispero que representa Oriente Medio. La constatación de que la cifra de muertos se multiplica cada año por encima de la registrada en durante la intervención de EE UU en 2001 evidencia que el conflicto se ha agravado hasta cuestionar las posibilidades reales de triunfo de las tropas coaligadas.