Viva España
01/10/2010 - 09:45
Juan Lozano Garrote - Zamora
De las peores cosas que hemos heredado del general Francisco Franco es que ahora, hoy por hoy, los españoles no podamos alzar nuestra bandera, víctimas si acaso también de una demagógica estrategia nacionalista.
Me estoy refiriendo a la conexión que hay entre tener un buen patriotismo y que te insulten con uno de esos vocablos que nuestra lengua ha acuñado: Facha. Insulto con el cual asemejan a uno con ese megalómano que tuvimos en España y al que, pese a todo, hay que reconocer el mérito nótese la ironía de haber creado una basta auto-devoción a sí mismo (quizás pueda ser ilustrativo el hecho de que mandara poner tantas y tan grandes estatuas suyas, que saliera bajo palio de las iglesias
).
Pero no atribuyamos la culpa de tal cohibición tan sólo a aquel hombre, no. Parte de la culpa la tienen también ciertos trasnochados, sucesores suyos, que angelan que Don Paco vuelva, fruto quizás de una mala adaptación a los tiempos. Estas personas, al igual que los comunistas y muchos otros, no saben percibir más colores que el blanco o el negro y su filosofía se fundamenta en ese dichoso aforismo: no estás conmigo, estás contra mí, o traducido: No eres franquista, eres un rojo o no eres comunista, eres un facha. Lo curioso es que cuando se les ha prohibido alguna manifestación apelan a un Estado democrático en el que no creen y menos quieren.
Pero otra parte de la culpa la tienen cierto sector nacionalista no sé si muchos o pocos, que aprovechan tal coyuntura para llamar fascista o similar a todo el que sí se precie de ser español. En esta actitud hay que distinguir varios factores: uno es el error de hacer cierta analogía, ilegítima, puesto que exhibir la bandera española viene de anteriores tiempos al franquismo. Un segundo factor me gustaría destacar, si me da licencia el lector, y es el tinte racista de estas declaraciones (insultos), pues el racismo, no lo olvidemos, tiene como núcleo central el odio hacia un pueblo lo curioso es que también es el suyo, y qué manera mejor de manifestar ese odio que insultando y procurando que no se exhiban actos patrióticos de aquellos a los que intentan oprimir.
Sin embargo, como estamos en democracia y creo profundamente en ella, reconozco y pelearía para que tales grupos pudiesen manifestar libremente su opinión. Opinión que ahora, con la Constitución y la democracia, podemos dar.
Quizás decir una última cosa, y es rebatir un argumento que en cierto foros en internet y en otros sitios se exhiben: Franco no hizo todo mal, hizo algunas cosas bien. Ahora yo me pregunto: ¿Podrían haberse hecho mejores? No lo sabemos, el soberano por la gracia de una guerra nunca tuvo oposición para decírselo, y cuando la tuvo, esta era encarcelada por una supuesta traición al Estado, que no era más que una contraposición hacia él. En democracia el soberano es el pueblo, y Franco no luchó por los intereses de España, sino para saciar el hambre de su turgente vanagloria que se creía salvadora y ombligo del país.
Quisiera terminar afirmando que, aunque en este artículo se hayan hecho cierta caterva de diatribas, mi propósito central en este pasquín era deslindar el patriotismo de ideologías políticas (ilustrativo es el ejemplo de personajes tan variados como Joaquín Sabina, Ramiro Maeztu ), por tanto, queridos lectores: ¡Viva España!
Pero no atribuyamos la culpa de tal cohibición tan sólo a aquel hombre, no. Parte de la culpa la tienen también ciertos trasnochados, sucesores suyos, que angelan que Don Paco vuelva, fruto quizás de una mala adaptación a los tiempos. Estas personas, al igual que los comunistas y muchos otros, no saben percibir más colores que el blanco o el negro y su filosofía se fundamenta en ese dichoso aforismo: no estás conmigo, estás contra mí, o traducido: No eres franquista, eres un rojo o no eres comunista, eres un facha. Lo curioso es que cuando se les ha prohibido alguna manifestación apelan a un Estado democrático en el que no creen y menos quieren.
Pero otra parte de la culpa la tienen cierto sector nacionalista no sé si muchos o pocos, que aprovechan tal coyuntura para llamar fascista o similar a todo el que sí se precie de ser español. En esta actitud hay que distinguir varios factores: uno es el error de hacer cierta analogía, ilegítima, puesto que exhibir la bandera española viene de anteriores tiempos al franquismo. Un segundo factor me gustaría destacar, si me da licencia el lector, y es el tinte racista de estas declaraciones (insultos), pues el racismo, no lo olvidemos, tiene como núcleo central el odio hacia un pueblo lo curioso es que también es el suyo, y qué manera mejor de manifestar ese odio que insultando y procurando que no se exhiban actos patrióticos de aquellos a los que intentan oprimir.
Sin embargo, como estamos en democracia y creo profundamente en ella, reconozco y pelearía para que tales grupos pudiesen manifestar libremente su opinión. Opinión que ahora, con la Constitución y la democracia, podemos dar.
Quizás decir una última cosa, y es rebatir un argumento que en cierto foros en internet y en otros sitios se exhiben: Franco no hizo todo mal, hizo algunas cosas bien. Ahora yo me pregunto: ¿Podrían haberse hecho mejores? No lo sabemos, el soberano por la gracia de una guerra nunca tuvo oposición para decírselo, y cuando la tuvo, esta era encarcelada por una supuesta traición al Estado, que no era más que una contraposición hacia él. En democracia el soberano es el pueblo, y Franco no luchó por los intereses de España, sino para saciar el hambre de su turgente vanagloria que se creía salvadora y ombligo del país.
Quisiera terminar afirmando que, aunque en este artículo se hayan hecho cierta caterva de diatribas, mi propósito central en este pasquín era deslindar el patriotismo de ideologías políticas (ilustrativo es el ejemplo de personajes tan variados como Joaquín Sabina, Ramiro Maeztu ), por tanto, queridos lectores: ¡Viva España!