Voto útil
En un momento como este, en el que se tensiona la situación al estar en el aire el que el futuro gobierno pueda caer de un lado o de otro, el voto útil va a tener un peso importante.
Desconozco en qué medida un debate electoral como el organizado por Nueva Alcarria, emitido por televisión, puede decantar unas decenas o centenares de votos en uno u otro sentido, pero si así fuera hay que reconocer que Antonio Román se ganó unos cuantos el pasado martes. Fue la suya una intervención de concienzudo estratega, de buen jugador de ajedrez. Neutralizó al candidato de Vox ignorándolo -a pesar de que éste tuvo una sorprendente, a la vez que previsible, actuación- y robándole el discurso. Sabedor de que, asegurado el centro del tablero, la disputa está a su diestra, hizo suyos los argumentos más a la derecha: la unidad nacional, el ataque al “sanchismo”, la defensa de la familia o la acusación al PSOE de pactar con Bildu. El enfrentamiento directo con Alberto Rojo, buscando el cara a cara, interpelando, y el ninguneo a Vox, que fue a lo suyo, le podrán dar más o menos votos, pero no cabe duda de que Román hizo los deberes.
Lo cierto es que el momento de los populismos parece haber pasado. En un momento como este, en el que se tensiona la situación al estar en el aire el que el futuro gobierno pueda caer de un lado o de otro, el voto útil va a tener un peso importante. También Alberto Rojo insistió en ello al recordar a los posibles votantes de Sumar que si querían que Yolanda Díaz formara parte del futuro gobierno de España debían votar al PSOE, pues cualquier otra papeleta en una circunscripción como la nuestra, con apenas tres diputados, era dar el voto a la suma de PP más Vox.
A lo largo de los últimos años hemos tenido propuestas políticas de corte populista que han tenido su minuto de gloria, su mejor resultado en unas elecciones u otras. En apenas 8 años son 5 los procesos de elecciones generales llevados a cabo en España. Si en 2015 Podemos consiguió 42 escaños y Ciudadanos 40, en 2016 Unidos Podemos obtuvo 71 por 32 de los de Rivera. Al calor de la crisis económica irrumpieron estas dos propuestas, siendo 2016 el momento de Podemos y abril de 2019 el de Ciudadanos. Pero tras sus errores, en buena parte fruto de la ambición, en las elecciones de noviembre de 2019 ambos grupos cayeron en la insignificancia. Fue ese el momento de Vox, que arrancó 52 diputados al Congreso. Desde entonces Vox no ha hecho más que cometer errores estratégicos y de todo tipo. Está en declive y se percibe. Acabará cayendo a niveles mínimos. Que sea pronto.