Vuelta a la realidad después de Reyes

08/01/2022 - 16:21 Redacción

Tristemente es momento de afrontar, tras un fin de semana de resaca y despedida festiva,  la llamada cuesta de enero en plena curva ascendente de la pandemia.

La mágica, deseada e ilusionante visita de los Reyes Magos a la provincia, ayudados de muchos pajes y emisarios que han mantenido viva la llama de la ilusión para los más pequeños gracias a asociaciones, colectivos, voluntariado y ayuntamientos, pone fin a unas semanas de luz, color y actividad que han enmascarado una situación sanitaria preocupante que quedará ahora al descubierto con toda su crudeza. Han sido unas navidades agridulces, con programación, ambiente y contenida alegría en la que la constatación de casos positivos, la mayoría detectados por los ciudadanos con su propio test de antígenos, ha privado de encuentros y en la que hemos visto largas filas de personas ante los centros médicos para hacerse la prueba, al tiempo que las hospitalizaciones se han incrementado aunque en proporción mucho menor al número de casos. Las pistas del polideportivo San José, hace tres días sede del Naviguad, volverán el lunes a ser punto de vacunación. Navilandia, aunque quede en la Concordia la pista de hielo, también amanecerá ese día sin los puestos y atracciones que han animado este tiempo. Toca felicitar a los ayuntamientos por su organización de los actos festivos, adaptados a las circunstancias, con prudencia, restricciones, pero también determinación y ánimo porque la economía y la sociedad así lo requieren, como poner en valor la responsabilidad demostrada otra vez por parte de los vecinos en el cumplimiento de las medidas de prevención necesarias. Tristemente es momento de afrontar, tras un fin de semana de resaca y despedida festiva,  la llamada cuesta de enero en plena curva ascendente de la pandemia, aunque con la esperanza de alcanzar en pocas semanas el punto de inflexión, de poner  la mejor cara al mal tiempo, de sufrir el colapso de la Atención Primaria con comprensión y paciencia, de valorar la calidad y esfuerzo de los servicios públicos de sanidad y educación que merecen los refuerzos que sean precisos.