Y ahora todos, a 110 km/hora
25/02/2011 - 00:00
Tendremos que creernos lo que nos digan, claro, pero todos no hacemos la misma pregunta: ¿de verdad reducir a 110 km por hora la velocidad máxima en autopistas va ahorrar tanta energía? Uno pone un gesto de duda pero sobre todo de escepticismo porque, para empezar, habrá que acostumbrar con urgencia a los conductores para que cumplan y, naturalmente, eso sólo se suele hacer -y conseguir a medias- mediante multas y más multas, lo cual tiene un doble efecto: el presunto ahorro de combustible y el más que probable aumento de la recaudación gracias a las sanciones.
Para seguir, habrá que recordar que no pocos, cuando las cosas iban bien y cuando empezaron a torcerse, pedimos un debate serio y no ideológico-populista sobre la energía nuclear que el Gobierno negó una y otra vez apostando por algo muy sostenible como las energías renovables, fuertemente subvencionadas y que a día de hoy y tal y como van las cosas, ha dejado ya, según los expertos a 35 mil personas en el paro. Y es que las cosas que suenan bien en los mítines y en la tribuna del Congreso, luego tienen que hacerse realidad y es ahí donde empiezan los conflictos; no basta con el "buenismo progre" de un mundo ideal, ojalá. Y es que frente al sueño aparece un barril de petróleo que se dispara y hay que cortar por lo sano las ayudas y todos los que vieron su oportunidad en tan alegres subvenciones, ven ahora como se desploma el castillo de arena.
Y volvemos al principio ¿de verdad el Gobierno quiere solucionar el asunto bajando 10 kilómetros por hora la velocidad máxima de los coches en las autovías? No doy crédito. No sé si a esto le llaman "medida de choque" -imagino que no- porque si la cosa está realmente mal, habrá que tomarse mucho más en serio el problema y, por lo tanto, legislar aunque sea de forma provisional cosas incómodas que ya están probadas en otros países como prohibir la circulación en determinadas zonas de las ciudades o permitir la circulación según las matrículas sean pares o impares.