¿Y una presidenta de Gobierno?

14/02/2016 - 23:00 Pedro Villaverde Embid

La provincia de Guadalajara, rica en costumbrismo desde hace siglos, ha celebrado estos días la fiesta de Santa Águeda, que data, más o menos, de los siglos XVI- XVII, cuando se invertían los papeles sociales y las mujeres se rebelaban contra el poder establecido, monopolizado por los hombres, mandando durante un día con el honorífico cargo de alcaldesas. Hoy son muchas ya las féminas que desempeñan esta función en los consistorios de nuestra provincia y de todo el país. También las hemos visto ocupar la presidencia de la Diputación en Guadalajara, aunque no hace tanto tiempo. Recordemos que la primera fue María Antonia Pérez León (2007), que fue sucedida por Ana Guarinos (2011), ambas de grato recuerdo y a las que tengo gran cariño. Igualmente, y más reciente aún, vimos a María Dolores de Cospedal (2011) acabar con un patriarcado de tres décadas. La mejor noticia no es que hayan demostrado que lo hacen igual de bien y de mal que cualquier hombre, sino que no sea ya relevante, por normal, que cualquier cargo público o de alta dirección en una empresa, lo ocupe una mujer, aunque las estadísticas demuestren que su acceso a la cumbre es todavía, cuantitativamente, bastante inferior al de los varones. Por ejemplo no ha habido todavía una presidenta en el país que dicen más democrático y libre del mundo, Estados Unidos, aunque no por culpa de Hillary Clinton. En cambio si ha habido dos que no han dejado indiferentes a nadie en Europa, como fueron la inolvidable dama de hierro, Margaret Thatcher y la que dicen manda en el viejo continente en la actualidad, la señora Merkel. Y volviendo a España, en una semana de negociaciones para investir presidente entre los cuatro mosqueteros, nos preguntamos por qué ninguna mujer ha sido candidata al máximo sillón todavía, y eso que hay tanto llamado partido progresista. Tal vez si se repiten, esperemos que no pues sería el mayor de los fracasos, las elecciones, Susana Díez o Soraya Sáenz pudieran ser candidatas o lo mismo lo son ahora por cesiones en estos extraños acuerdos postelectorales. Ya veremos. En todo caso, lo que si tendremos, si la situación no degenera en exceso y mantenemos la monarquía parlamentaria, será una mujer jefa de Estado, doña Leonor.
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