Ya estaban aqu
25/12/2015 - 23:00
Aunque ahora haya quien se rasgue las vestiduras, en Guadalajara, y en buena parte de España, el bipartidismo se rompió en el mes de mayo de 2015. Los gobiernos de la Diputación y del Ayuntamiento de la capital dependen desde entonces de Ciudadanos. En la ciudad, el gobierno no lo decidió Podemos por un puñado de votos. O sea, que los emergentes ya estaban aquí (en las municipales Podemos obtuvo 16.000 votos y Ciudadanos la mitad), lo que ocurre es que ahora sabemos que están para quedarse. Ciudadanos ha multiplicado por tres su número de votos y Podemos los ha duplicado. Del bipartidismo hemos pasado al multipartidismo, o mejor dicho a un bipolarismo de varios partidos en el que la opción conservadora sigue siendo muy superior a la de izquierdas en la provincia. Ha cambiado la forma, el continente. Lo que queda por ver es si también cambiará el contenido. La burbuja apenas ha cogido forma y no sabemos si sus paredes son consistentes o explotarán con el roce. El PP ha ganado las elecciones pero ha perdido 24.000 votos y lo más importante, se ha dejado por el camino a un diputado, algo que no pasaba desde hacía décadas.
El PSOE ha perdido solo 6.000 votos, puede decirse que ha aguantado el tipo, y además ha visto cómo su gran enemigo perdía mucha fuerza. Pero al PSOE le espera un nuevo reto. A partir de ahora ya no tendrá un único rival, tendrá tres. Los votos que pierde el PP no caen en su cesta ni en la abstención, sino en la cesta de los partidos emergentes. Se me antoja que, de ahora en adelante, quedar segundo o quedar cuarto penderá de un hilo. En un buen candidato y en una campaña certera estarán las claves. Al más mínimo desliz no habrá medalla.
De momento quedar primero en Guadalajara es algo exclusivo del PP, pero dudo mucho que en la sede la calle Constitución estén tranquilos. Podemos y Ciudadanos (si quiere sacudirse la imagen de ser la marca blanca del PP), tienen cuatro años para organizarse a nivel local y provincial. Un tiempo más que suficiente en el que contarán con una buena inyección económica procedente de los escaños conseguidos en el Parlamento. Dispondrá de un grupo de personas cada vez más numeroso trabajando solo para los partidos, como pasa con los partidos tradicionales, déjà vu. Se pondrán las pilas y obligarán a ponérselas al PP y al PSOE. Por eso ya nada será igual, ¿o sí? La democracia se mueve por impulsos.