Zapatero se va a la guerra
21/03/2011 - 00:00
Puede que la actitud del Gobierno español sea la más lógica. Al fin y al cabo forma parte de la OTAN y ha de estar con sus aliados. Al fin y al cabo algo había de hacerse para detener a Gadafi. Todo ello es muy cierto y defendible. Pero no me negarán que provoca cierta sensación extraña el ver a Zapatero mandando cazas y buques a la guerra, oír a los más encendidos pacifistas inflamados de ardor guerrero y a la troupe intelectual manifestante glosando los bombardeos.
Sobre todo cuando se tiene tan fresca en la retina aquella pasión antibélica y aquellos gritos de "Aznar asesino" cuando lo de Irak donde por cierto se mandó un barco hospital como toda tropa ofensiva, aunque, eso sí, Aznar se hizo fotos en la Azores.
Dirán que ahora es la ONU quien da legalidad y santifica el ataque. Que Gadafi es un dictador- Sadam no era tampoco precisamente un espejo de demócratas-, un terrorista confeso y un tirano que masacra a su pueblo. Bueno, también lo era hace nada cuando puso su jaima en el Pardo, lo agasajamos y le vendimos armas por no se cuantos millones de euros, dos mil dicen. Bueno, ahora se ha pasado de la raya -Sadam se pasó también en Kuwait y gaseando kurdos- y había que hacer algo porque tenía ya en la boca a quienes se le habían opuesto y estaba masticándolos con ferocidad malsana. Muy cierto, desde luego y hasta el más firme principio se tambalea cuando no hacer nada supone condenar a muerte a tantos.
Estuve contra la Guerra de Irak. Me pareció un error, amén de mentirosa y criminal, que es lo peor en la perversidad de toda guerra. En esta que nos hemos metido no me siento para nada entusiasta partidario. No sé si resultaba inevitable. La de Irak no me lo parecía en absoluto y las razones eran tramposas y burdas. Pero tras todo ello no puedo evitar y vuelvo al comienzo como un cierto estupor en la trasmutación experimentada por tantos, desde el sindicato, los progres opinadores, los artistas y sobre todos el gran líder mundial de la paz y la alianza de civilizaciones, nuestro sin par ZP, que se nos ha puesto traje de combate y ahí lo tenemos sacando un ardor guerrero impensable en quien hizo peana de su santidad con el "No a la guerra".
Y ya digo, a Zapatero, que en tantas cosas ha vuelto sus principios como un calcetín y en horas 24, hasta lo entiendo. Pero ya no tanto en la tropa y en la troupe. Quizás es que más que principios lo que hay son conveniencias. Quizás es que no importa tanto los intervenidos, ¿qué va de Sadam a Gadafi?, como los intervinientes. En vez de Bush y Aznar, que eran, eso lo sabe todo el mundo malos remalos, ahora son Obama y Zapatero que son los más buenos del buenismo. Y entonces, claro, los marines unos progres.
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