Deseada primavera
Este año nos vienen con la primavera esas elecciones que siempre debieran ser una lógica esperanza en tiempos mejores.
Tantas veces hemos escrito en esta columna deseando cosas y tantas veces suceden cosas no deseadas que el pesimismo pudiera apoderarse de cualquiera. Sin embargo sabemos que siempre es el optimista el que se lleva la mejor parte. Una vez más nos encontramos en el mes de marzo y desde el miércoles es primavera, estación muy querida, porque en ella parece que la naturaleza toda vaya a llenar de alegría ese hueco que deja el tiempo de invierno, por benigno que este haya sido, como el actual, en el que tenemos que lamentar la falta de lluvias y en el que hemos pasado poco frío, algo que no es bueno pues todo debe seguir su curso normal.
No podemos dejar pasar la ocasión para desear que sea esa primavera la que de nuevo haga renacer la esperanza en que el hombre es capaz, como lo demuestra su historia, de salir de situaciones malas o al menos complejas. Los campos se visten con sus mejores luces y colores anunciando que la Naturaleza renace de nuevo. Se dice aquello de la primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido, ojalá que su llegada traiga esa alegría muchas veces truncada por unas u otras causas. Hoy queremos desear que al igual que los campos se están vistiendo ya con sus mejores galas, incluso antes de lo habitual, nuestra economía o bienestar vuelva a estar con todos nosotros en mayor grado pues todavía es mucha la gente que sufre penuria. Este año nos vienen con la primavera esas Elecciones que siempre debieran ser una lógica esperanza en tiempos mejores. Por consiguiente es una primavera especial. Dos convocatorias tendremos y renovaremos desde ayuntamientos hasta parlamento europeo pasando por el Gobierno nacional. Dejemos pues que la naturaleza siga su curso y que todos sintamos el necesario optimismo del que Winston Churchill dijera que “Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”. Dejemos que el optimismo se adueñe un tanto al menos de todos nosotros y que todas las circunstancias nos sean lo más propicias posible. Con el difícil optimismo pero necesario esperamos la nueva estación y que las elecciones nos dejen a los mejores gobernantes. Igualmente les pedimos a los políticos una ejemplar campaña.