Estado de alarma necesario e inevitable
Es preciso, oportuno e imprescindible actuar con mayor contundencia ante la segunda ola, con criterios unifomes para toda la nación.
Las tres formaciones políticas que conforman el arco parlamentario de la región así lo entendieron “plenamente” y el presidente regional se lo transmitió por escrito al nacional este mismo sábado. España y Castilla-La Mancha necesitaban ya un estado de alarma para proteger la salud de los ciudadanos con un soporte jurídico y una estrategia conjunta en todo el territorio nacional que permitan a las autonomías adoptar las restricciones oportunas de derechos y libertades por un interés superior como es la salud pública y así se decretó ayer domingo. Los datos de evolución de la pandemia ponen de manifiesto en prácticamente todo el país y el viejo continente que la situación es preocupante, cada día se baten nuevos récords de contagios y se lamentan demasiados fallecimientos. También, y aunque la tendencia es estable en los municipios con medidas especiales, después de tres semanas logrando reducir la curva, las cifras del 12 al 18 de octubre dejan un nuevo, aunque pequeño, repunte en la provincia y hacen pensar en la existencia de un posible rebrote en las localidades pequeñas. Las medidas implementadas y prorrogadas funcionan para retener y evitar escenarios de mayor gravedad, se ha mejorado en el manejo clínico de los pacientes administrando mejor los medicamentos y acelerando diagnósticos, pero este mayor control de la situación fruto de la experiencia que vamos adquiriendo y el mayor conocimiento del virus, puede desmoronarse por el avance global y la llegada del otoño-invierno en el que el cambio de hábitos hacia una mayor vida en espacios interiores y la imprevisible influencia de la gripe, apunta a un empeoramiento. Por ello es preciso, oportuno e imprescindible actuar con mayor contundencia ante la segunda ola, con criterios unifomes para toda la nación y dos objetivos compartidos, reducir contagios que pueden llevar al colapso hospitalario e incremento de la mortalidad y no volver a un confinamiento domiciliario como los primeros meses, que hundiría la economía y la salud emocional de las personas y la sociedad. Hay que mantener la actividad, la producción, el empleo y la vida, en la medida de lo posible, en alerta y constante seguimiento de la pandemia. Por enésima vez reclamamos entendimiento político y cumplimiento ciudadano de las normas en momentos complicados y complejos.