Guadalajara, una ciudad con mucho que ver

11/11/2023 - 11:16 Redacción

Uno de esos mitos falsos sobre la ciudad de Guadalajara que los propios guadalajareños no rebatimos, incluso alimentamos, es que excepto el Palacio del Infantado y el Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo, aquí no hay nada que ver.

Uno de esos mitos falsos sobre la ciudad de Guadalajara que los propios guadalajareños no rebatimos, incluso alimentamos, es que excepto el Palacio del Infantado y el Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo, aquí no hay nada que ver, en contraste con una provincia con muchos atractivos. Lo segundo es una verdad como un templo, tan grande como el ‘san benito’ sobre la capital. La moderna Oficina de Turismo con su guía al visitante, el programa municipal ‘Guadalajara Monumental’, las  visitas temáticas al cementerio para conocer la arquitectura y escultura funeraria que atesora o la representación del Tenorio y de las Jornadas Mendocinas, ante los edificios que levantaron en el siglo XVI los Mendoza en Guadalajara, son botones de muestra de lo mucho que debe ser visto, como merece la pena también un recorrido por las iglesias de la ciudad. Otro tema es que los horarios de visita no sean lo amplios que deberían o  que el casco histórico carezca de ambiente cuando el comercio echa el cierre. Pero materia prima hay y la declaración del Palacio de la Cotilla,- Palacio de los Marqueses de Villamejor-, como Bien de Interés Cultural, sirve para dar visibilidad a un monumento que sin tal catalogación tal vez pasaría desapercibido para un turista, además de permitir actuar sobre él para su conservación. Estamos en otoño, llega el invierno, son los meses en que las playas adormecen y despierta el turismo de interior, de fin de semana, y Guadalajara, que además ha incorporado recientemente a su oferta gastronómica dos nuevos Soletes Repsol para establecimientos clásicos de comida tradicional, cuenta con una variada oferta hotelera y amplios espacios verdes, entre los que resalta el Parque de la Concordia, inaugurado en el siglo XIX,  presenta el suficiente encanto para ser destino de una agradable estancia con mucho de lo que disfrutar. Hace falta que nos lo creamos los que vivimos aquí para explicarlo a los posibles turistas.