Soria también existe

Mientras la primavera machadiana se va colgando de almendros adelantados,  nuestros vecinos de Soria ¡Ya! han logrado un sonoro triunfo electoral. Se veía venir, tras veinte años dale que te pego. Uno ve el nombre de su ciudad en una pancarta y se tira a lo que sea, incluso a votar. En tiempos de tribulaciones se acaba volviendo los ojos hacia lo que se conoce, lo más cercano. Se busca protección y seguridad en la tribu, en lo común, ya sea la lengua, los bailes o los torreznos. 

Explican los sabiondos que sentirte discriminado, excluido o postergado te hermana hasta con el vecino que no saludabas ni en misa. Otro cantar es lo que hagan ahora los partidos con ese sentimiento, en una feria que recuerda la histórica de ganado equino en Almazán donde te podían colocar rucios enteros ingobernables o muletas como mulas.

Con apenas 1.000 votos más, la formación soriana arrebataría a los de Génova y Ferraz dos escaños provinciales en el Congreso de los Diputados. Su éxito ha salvado la papeleta a la plataforma política de la España Vaciada, que no obtuvo diputados en otras cuatro provincias castellanoviejas. También triunfó Unión del Pueblo Leonés (UPL), aunque es harina de costal ‘indepe’: persigue la autonomía propia de León con Zamora y Salamanca.

Soria ¡Ya! ha dado en el clavo en una campaña electoral de chapó. Su único ánimo, según predican en su  web, es el bienestar y la mejora de la provincia y de sus ciudadanos. «Defendemos que los sorianos tengamos los mismos derechos que el resto de ciudadanos de España», sostienen. 

Estos vecinos del norte siempre han sido gente emprendedora y apreciada en Castilla La Nueva y Aragón. Tienen (dicen los tópicos) fama de agarrados,  astutos, sufridores, trashumantes y numantinos. Pero son buena gente, sensata y hospitalaria. 

Soria también existe. Como Teruel. Tras el éxito, pueden ir tomando nota los 160 posibles partidos rurales de la plataforma España Vaciada, con  nombres como Milana Bonita (Badajoz y Cáceres) o León Ruge. Y en nuestra provincia, La otra Guadalajara (molinesa), Comofur o los Cuatro Caños.  Ya tardan en preparar el asalto a  elecciones venideras.