5 ganaderos y más de 3.000 ovejas desaparecen de la comarca de Molina
Los ganaderos de la zona han denunciado la baja rentabilidad en la que se encuentra el sector, lo que ha llevado a muchos de ellos a abandonar su profesión
Localidades como Baños, Campillo de Dueñas, Hinojosa, Establés y ahora Checa han perdido a los ganaderos que durante años ejercían su oficio y contribuían a mejorar la calidad de los bosques.
Enrique Teruel, oriundo de Checa, quien ha sido el último ganadero de la zona hasta la fecha, ha decidido dejar su trabajo después de 50 años de dedicación. Según él, trabajar en el sector ganadero ya no tiene sentido, ya que considera que lo mejor es deshacerse de las ovejas y acabar con todo. La dureza de su labor, que incluye enfrentarse a la nieve y a ataques de animales como buitres, alimoches y lobos, ha convertido su trabajo en una experiencia desagradable y sin recompensa.
Los ganaderos se quejan de las trabas burocráticas a las que se enfrentan, argumentando que ellos son ganaderos y no escribientes. Además, afirman que desde el inicio de la pandemia, la rentabilidad de los corderos ha caído drásticamente. El precio del cereal, que es el alimento principal para las ovejas, ha aumentado considerablemente, llegando a pagar 385€ por tonelada. Incluso la paja, que se utiliza como forraje, está más cara que el grano. Además, el trabajo con los animales es constante, sin descanso, lo que hace que el relevo generacional en el sector sea poco atractivo.
Estas dificultades económicas y laborales están llevando a una situación preocupante en el sector ganadero de la zona, donde cada vez menos personas están dispuestas a continuar con esta tradición centenaria. Se espera que las autoridades tomen medidas para apoyar a los ganaderos y garantizar la viabilidad y sostenibilidad de esta actividad tan importante para la economía local y la conservación de los bosques.