Aberasturi hace vivir a Guadalajara una tarde entrañable

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: MAR GATO. MADRID
Por iniciativa del socio de honor de la Biblioteca de Guadalajara, en la tarde de ayer el patio central de la instalación pública acogió un encuentro con Andrés Aberasturi y un libro suyo de poemas, en el que narra la historia de su hijo con parálisis cerebral.
Como ocurre con todos los actos especiales, el patio central de la Biblioteca de Dávalos se vistió de gala para acoger en la tarde de ayer un encuentro con Andrés Aberasturi y su libro de poemas Un blanco deslumbramiento: palabras para Cris, una cita que surgiría a iniciativa propia del escritor y periodista, que solicitaba hace unos días a la directora de la Biblioteca, Blanca Calvo, su participación en un acto a propósito del Día del Discapacitado. “Como no pude el día anterior, lo hemos hecho hoy; es sin duda algo metafórico porque no hay un Día del Discapacitado”, apostilló Aberasturi.
Su convocatoria al público general y al discapacitado en particular respondía a su pretensión de contar la historia de su hijo Cristóbal, con parálisis cerebral desde su primer día de vida, una historia larga y compleja que a buen seguro hizo pasar a los allí presentes “un buen mal rato”, derivado de una historia dura aunque no exenta de ternura al final. Era su forma de reivindicar una vida de calidad para aquellos discapacitados, ya sean físicos o psíquicos, en sus más diferentes grados, recordando que “es necesario tirar todas las barreras, no tanto las arquitectónicas, mucho más fáciles, sino las del corazón”.
Sin ningún ánimo comercial, puntualizaba al inicio del acto, puesto que el libro ya no está a la venta, Aberasturi adentró a los presentes, algo más de medio centenar de personas, y sus compañeros de mesa –Blanca Calvo y el delegado de la Junta, Luis Santiago Tierraseca– en el entramado de su libro, dividido en cuatro partes: una primera en la que se refirió a su segundo hijo recién nacido como aquello, un ser que no reconoce como propio; tras esta etapa, el autor a la vez que personaje de su propio libro asume su paternidad y comienza a llamarle hijo; la tercera estará dedicada al encuentro entre madre e hijo tras veintitantos días separados, un episodio visto por Aberasturi como algo evangélico, espiritual; la cuarta y última parte del libro se origina a partir de su hijo ya en casa, con 18 años, el detonante para iniciar la escritura de un libro que completaría con los recuerdos de una historia que le ha llevado hasta el presente, una historia que, afortunadamente, aún no tiene un punto y final, expresó.
Fueron estas dos últimas partes las que el periodista narró con voz quebrada y emocionada. Las dos primeras, se escucharían mediante una audición acompañada de música.
Aquellos que no pudieron asistir a este entrañable encuentro, pueden aún emocionarse con la lectura de este libro personal, disponible en préstamo en la Biblioteca.